Un autobús urbano de Segovia o alguno de los sitios más turísticos de la ciudad. Ésas eran las dos opciones que manejaba el yihadista español Daniel Fernández Aceña si finalmente decidía hacerse estallar para alcanzar el supuesto paraíso que el Coran promete a aquellos que denominada mártires, es decir, a los que mueren en la yihad, según detalla el auto de la Audiencia Nacional que ordenaba ayer jueves su ingreso en prisión y que se ha conocido este viernes.
El que fuera sicario de los GAL en los años ochenta, y que participó en el asesinato del ferroviario francés Jean Pierre Leiba –al que confundieron con un dirigente de ETA– en la localidad francesa de Hendaya en 1984, se había convertido en los últimos años al Islam como consecuencia de abandonar su "anterior vida de pecado occidental" y había llegado incluso a "repudiar a las mujeres occidentales" por llevar un modo de vida no acorde a su rigurosa interpretación del Islam.
En los últimos tiempos los investigadores policiales habían constatado que se encontraba en un proceso de retraimiento social, limitando sus relaciones sociales a personas que comparten su punto de vista radical del Islam o a personas especialmente vulnerables a los que podría captar para la causa yihadista. De hecho, había tratado de captar a un individuo con problemas de toxicomanía, sin trabajo conocido y con antecedentes penales.
Además de manejar perfiles en Facebook, Twitter y Badoo (una página web de contactos) en los que distribuía material yihadista o fotos propagandísticas de grupos terroristas como Estado Islámico, de los pinchazos telefónicos y de los testimonios recogidos por la Guardia Civil se desprendía que había mostrado a varias personas y en varias ocasiones su intención de cometer un atentado suicida, planteando la opción de un lugar turístico de Segovia o dentro de un autobús.
También había hecho alusión a los viajes que había realizado a zonas en conflicto como Afganistán, Siria, Angola y Palestina; que en esos viajes había hechos "trabajos" en los que "había tenido que pegar algún tiro"; que pertenecía a una organización terrorista y que él está "sujeto a donde le manden"; que mantenía contacto con gente en Siria, país sobre el que dijo que "los que están haciendo allí una buena labor social son los de Estado Islámico".