Con nuevo peinado y muy relajada y sonriente tras las vacaciones, Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, ha reaparecido en la escena pública con una declaración tajante: "Nos definimos (los 'comunes', la versión podemita de Cataluña) de manera inequívoca como soberanistas". Debate resuelto y cuestión aclarada. Colau, "Barcelona en Comú", "En Comú Podem" y cualquier otra "confluencia" colauita, son "soberanistas", que es como se autodefinen los partidos separatistas.
La confesión se ha producido en el diario Ara, uno de los estandartes del "proceso". En una extensa entrevista, Colau confirma que participará en la manifestación del Onze de Setembre porque "el soberanismo es un mundo plural, mayoritario en Cataluña, y del que yo formo parte".
Insiste la alcaldesa de Barcelona en el discurso social, pero subordinado al "compromiso" de que "Cataluña ejerza su soberanía con un referéndum con plenas garantías". También anuncia que participará en la campaña de las elecciones gallegas y vascas porque "se debe demostrar interés mutuo con los pueblos del Estado que quieren acabar con el régimen del 78 y quieren que se reconozca la plurinacionalidad del Estado y el derecho a decidir".
Colau considera que, a diferencia del referéndum unilateral, una alianza con los separatistas del País Vasco y Galicia facilitaría que Cataluña ejerciera el "derecho a decidir". La unilateralidad es ya el único matiz que hay entre la exactivista social y ERC y la CUP.
Estas declaraciones zanjan definitivamente el debate sobre la naturaleza soberanista de la izquierda radical que encabeza Colau y que se ha convertido en la primera fuerza política catalana en las dos últimas elecciones generales. La alcaldesa prepara ahora el asalto a la Generalidad.