Hubo acuerdo, pero la negociación fue difícil, correosa, con vetos importantes. Mariano Rajoy decidió tomar el timón y descolgar él mismo el teléfono, pero no le resultó fácil convencer a Albert Rivera. El PP tendrá tres puestos en la Mesa del Congreso de los Diputados -que consta de nueve miembros- y Ciudadanos, que podría haberse quedado sin nada, dos. Mayoría de los partidos de centro-derecha. Ana Pastor será, salvo sorpresa de última hora, la presidenta de la Cámara Baja, según anunció Rajoy a su Ejecutiva.
No fue el primer nombre por el que se decantó el presidente en funciones. Rajoy quiso convertir a María Dolores de Cospedal en la tercera institución del Estado, pero Rivera se negó, aduciendo que su perfil era demasiado partidista. Finalmente, Rajoy acabó cediendo, según la versión filtrada por Ciudadanos. Moncloa, por el contrario, negó "tajantemente" el veto y, sea como fuere, puso en valor que Cospedal sigue siendo un actor importante del PP, del círculo de confianza de Rajoy y con futuro -tal vez en el Ejecutivo- "si ella quiere".
Antes de Pastor, Rajoy dio al menos un nombre más. El del titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, amigo personal en horas bajas por las grabaciones en su despacho. Si bien, el líder de Ciudadanos no tuvo ningún tipo de dudas en este caso, y su "no" fue rotundo. De hecho, en el PP dan por descontado que Fernández no repetirá en el gabinete gubernamental, si finalmente los acuerdos con Rivera van a más. Fue tras estos dos intentos cuando el abanico de opciones aumentó, y el líder del PP y su homólogo cerraron su primer acuerdo tras el 26J, siempre según la versión dada por Ciudadanos.
La opción de la ministra de Fomento se coló con fuerza en los mentideros políticos a lo largo de la mañana del lunes, mientras Rajoy y Rivera aún cerraban los detalles del pacto. Este diario preguntó directamente a Pastor, pero rehusó contestar y esperó a que se celebrara la Junta Directiva, convocada para las 5 de la tarde. "Propongo como candidata a presidir el Congreso a la ministra Ana Pastor", desveló el presidente ante los suyos, tras una larga intervención. Los integrantes del máximo órgano entre congresos respondieron con aplausos.
Pastor ha sido, para muchos en el PP, una de las mejores ministras del gabinete de Rajoy. Y, para Ciudadanos, su elección no supone ningún dilema, según corroboraron las fuentes consultadas. Por lo demás, el presidente avisó de que no habrá cambios ni en el Congreso, donde Rafael Hernando seguirá como portavoz del grupo, ni en el Senado, con el incombustible Pío García Escudero en la presidencia y José Manuel Barreiro y Javier Arenas controlando a los parlamentarios del PP.
Un acuerdo con Ciudadanos que, pese a ser difícil, le sirvió a Rajoy para proclamar que es posible que la negociación llegue a buen puerto para evitar que se celebren unas terceras elecciones. "Los españoles no quieren políticas de vuelo corto y que se impida la formación de un Gobierno", se reafirmó en su discurso en Génova13. El presidente en funciones reiteró que le gustaría un pacto con el PSOE y Ciudadanos en los grandes asuntos de Estado, aunque precisó que está dispuesto a gobernar en minoría, aunque le vaya a resultar muy difícil sacar adelante la legislatura. "No hay excusa para que no haya un acuerdo político", apostilló.
Rajoy recordó que se han de aprobar los Presupuestos, amén de la senda de déficit público y el techo de gasto, y reclamó una vez más celeridad. Cabe recordar que su plan es celebrar el debate de investidura el 2 de agosto, aunque dejando la puerta abierta a retrasarlo en caso de que no cuente con el respaldo suficiente. Y, en varias ocasiones, llamó al PSOE a "asumir su responsabilidad", lo que para él equivale a la abstención.
"Los españoles han dicho con claridad lo que les gustó y lo que no les gustó" y "no se puede repetir lo que ocurrió en España desde el 20 de diciembre", enfatizó Rajoy, para poner en valor que es el momento de los acuerdos. "Bloquear la legislatura o no dejarla andar es una irresponsabilidad mayúscula", insistió, en un mensaje dirigido claramente a Pedro Sánchez, al que evitó mencionar. Y, una vez más, aseguró que su actitud será de "entendimiento", aunque públicamente no hizo ninguna propuesta a sus interlocutores políticos. "Discreción", reiteraron entonces desde su entorno.
Ahora, el objetivo de Rajoy pasa por seguir acercándose a Rivera, aunque el camino vaya a resultar tortuoso, y presionar a Sánchez. "Las elecciones quedaron atrás y atrás deberían quedar las arengas de campaña. Es hora de buscar acuerdos", remató ante los principales cargos del PP.
Rivera destaca el "perfil institucional" de Pastor
Mientras, Albert Rivera terminó la intensa jornada previa a la constitución de las Cortes reuniendo por primera vez a su grupo parlamentario, ante el que sacó pecho del acuerdo logrado con el PP, elogiando el perfil de Ana Pastor: "Habrá una presidenta constitucionalista, como pedíamos, con un perfil institucional y sin tachas de corrupción", aseveró. Algo muy distinto de lo que hubiese supuesto la secretaria general del PP, de la que habló veladamente el número dos de Ciudadanos, José Manuel Villegas: "Había opciones que no cumplían con esos requisitos, no eran perfiles institucionales, sino de partido y, por eso mismo, podían estar bajo la sospecha de alguno de los casos de corrupción que afectan al PP directamente".
Preguntado sobre por qué no se había respetado la idea de Ciudadanos de que el presidente del Congreso fuese de signo político distinto al del jefe del Ejecutivo, Villegas señaló el fracaso de un pacto a tres que incluyera al PSOE. "El principio no era aplicable. En la anterior legislatura llegamos a un acuerdo en el que estaban PP y PSOE, pero ahora ha sido imposible. Por lo tanto, la única opción de que hubiera un presidente distinto era contando con Podemos o los independentistas. No nos parecía un buen acuerdo para la cámara, ni para España y por tanto hemos optado por este acuerdo con el PP", argumentó.
Un acuerdo que los dirigentes centristas desvincularon por completo de un futuro acuerdo de Gobierno con Rajoy, que de momento sólo cuenta con la abstención, en segunda votación, de los treinta y dos diputados naranja.