El Mundo se recrea en la bronca interna de Podemos. "Pablo Iglesias e Íñigo Errejón reabren su pugna tras el fiasco electoral". Dice el editorial que desde el batacazo del domingo todo es "fuego amigo cruzado" en la pandi. Que si la culpa la tiene Errejón por la chorrada de la sonrisa, que si la tiene Pablito por desvelar lo que en realidad son, la extrema izquierda radical… en fin, que andan a torta limpia. "En medio de un clima de auténtica estupefacción, en lo que sí coinciden todos lo líderes de Podemos es en que han dejado perder su gran oportunidad", que su "sueño se ha hecho añicos". Bueno, no iría yo tan deprisa. Pablo va diciendo en La Sexta mañana, tarde y noche, dándole vueltas al boli, que ha llamado a Pedro para formar un gobierno de izquierdas y que Pedro no le ha respondido, que qué mal educado es Pedro, etc, etc, etc.
Federico Jiménez Losantos le da sabios consejos a Rivera. "La posición de Ciudadanos, que es poner las reformas que necesita España por delante de los sillones, debería incluir en los sillones el de Rajoy (…) Mariano no quiere a Rivera ni a Sánchez, cierto, pero tampoco al PP. Para sobrevivir, sacrificará lo que sea. Rivera debería hacer lo mismo que con Rosa Díez: que el bueno de la película sea él, el que intentó el acuerdo sea él. Y si no sale -que seguramente no saldrá-, que el culpable de ir por tercera vez a las urnas sea Rajoy, no él". Rivera, escucha a los mayores, no seas terco. "Rajoy es un maltratador político nato, así que trata de humillar y provocar a Rivera al decir que él sólo quiere pactar con el PSOE", pero Rivera tiene que ser más listo y hacerse el sueco. "Es posible que Rajoy quiera ir a un Gobierno de continuidad que caería por una moción de censura antes de un año. Pero que la culpa sea suya. La factura se pagará en las urnas". Ay, Federico ¿otra vez urnas? Jorge Bustos dice que ni hablar, que "ni se les ocurra volver a jodernos, caballeros. Señores Rivera y Sánchez: ya están ustedes haciendo presidente a Mariano Rajoy, según lo ha decidido el santo pueblo, con todas la razonables condiciones que ello exija. Y usted, presidente, no será tan ciego de no ver que han votado en contra más que a favor (…) Goza de una segunda oportunidad que pocos tuvieron. No le perdonaremos que la desaproveche". Vamos, que se dé una ducha a ver si se le pasa la borrachera de éxito, suficiencia, arrogancia y desdén, que aún le faltan algunos escaños.
Otro anciano sabio, Santiago González, recurre al género epistolar para persuadir a Rivera de que se apee de un burro. "Mi admirado Albert Rivera. Le escribo a usted, porque me temo que esta arruinando una biografía que empezó muy bien (…) No comprendí que se creyera autorizado a exigir a otros partidos un sistema de organizarse y elegir candidatos (...) Tampoco que se haya pasado la legislatura con su veto a Rajoy por estandarte (….) No confiaba en el efecto felisuco y su opción por Pedro Sánchez (…) Pero es usted joven y tiene tiempo por delante. Recapacite, buen hombre". Raúl del Pozo va directamente a repartir leña. PSOE y Ciudadanos están "haciendo un chantaje en toda regla al dirigente de un partido que ha vencido en unas elecciones libres (…) Pedro y Albert extorsionan a 36 millones de ciudadanos". Bueno, bueno, tampoco hay que pasarse, Raúl. Esto es una monarquía parlamentaria y hay que ganarse los apoyos. Emilia Landaluce tira de acojone. "No hace falta recordar en dónde acabó la intransigencia de Rosa Díez, pero quizás Rivera debiera meditar en dónde puede terminar la suya". Si eso no hace reaccionar a Rivera es que está más tonto de lo que parece.
El País dice que "Rajoy prevé aceptar esta vez el encargo de Felipe VI". Y mete prisa a Rajoy en el editorial, a quién se le ocurre. "Resulta imperativo que Mariano Rajoy tome la iniciativa y a la mayor urgencia inicie las negociaciones para logar su investidura (…) Acostumbrado a gobernar con mayoría absoluta, Rajoy tiene que cambiar radicalmente de actitud. Le toca, pues, reinventarse, transformando su desdén por la rendición de cuentas ante el Parlamento y los medios de comunicación en capacidad de sostener su Gobierno ante un Parlamento exigente y difícil, como es lógico en una democracia. Si no lo hace España se verá abocada a la inestabilidad permanente. Esa es su responsabilidad". Como pedirle peras al olmo. El País acude al auténtico consejo de sabios de Ciudadanos. "Los fundadores de Ciudadanos se oponen al veto de Rivera a Rajoy". Boadella, Féliz de Azúa, Espada, Carreras y otros creen que "Rivera se equivoca". "Si no retrocede, estamos abocados a otras elecciones que pagará muy caras". "Todos abogan por que la formación sea pragmática, respete el resultado de las urnas y evite la repetición electoral (...) Hay que respetar que Rajoy ha sido el más votado". Desde luego Rivera tiene un ejército de gente sensata a su alrededor. Si se hace el sordo, él sabrá lo que hace. Rafa de Miguel cree que "hay una alta posibilidad de que, llegado el momento, sólo una abstención de los socialistas permita que eche a andar un gobierno de Rajoy". Dice que dicen en el PSOE que "a nadie se le puede pedir que, de la noche a la mañana, haga lo contrario de lo que lleva meses prometiendo". ¿Cómo que no? ¿Es que Pedro Sánchez no se acuerda de que dijo que nunca pactaría con Podemos antes de las municipales y luego les entregó los principales ayuntamientos? ¿Y cuando Iglesias dijo por activa y por pasiva que no entraría en ningún gobierno que no estuviera presidido por él y luego perdió el culo para exigir ser vicepresidente de un gobierno de Sánchez? Sí se puede, claro que se puede.
ABC se va de Brexit. "La Unión Europea señala la puerta de salida al Reino Unido". Aquí los buenos consejos -con soplamocos incluido- los encuentra Rivera en el joven anciano David Gistau. "Todo cuanto ha hecho desde su primera comparecencia electoral ha sido infantil y decepcionante. Desde su enfurruñamiento pertinaz, como de niño hispano de Astérix que se niega a respirar, con los agravios infligidos por la ley electoral. Hasta la pésima gestión de esa cláusula autoimpuesta que fue el veto a Rajoy (…) Rivera tiene la oportunidad de imponer al PP todos los cambios que ese partido paquidérmico se negó a afrontar. Tiene la oportunidad de participar en esa misión que él mismo considera imprescindible y que muchos votantes de centro-derecha le han encomendado: ser catalizador de todo cuanto Rajoy mantuvo esterilizado. Pero habrá que esperar hasta que vuelva a respirar, se le pasen los enojos y se decida por fin a arremangarse. ¿No pedía balón? Pues hala, a jugarlo". Esperemos que Rivera no se haga un Rajoy y se emperre en que él es muy independiente de los medios de comunicación, que él no admite presiones, que a él nadie le dice lo que tiene que hacer, etc, etc. Le costaría caro. Muy caro. Carísimo.
La Razón sigue al pie de la letra la estrategia de Rajoy de ignorar a Rivera. Tampoco esperábamos otra cosa. "Sánchez consultaría a las bases una abstención in extremis". Qué pesado es este tío con consultarlo todo a las bases. ¿Es que no sabe tomar decisiones solito? Así lidero yo también. Dice Marhuenda que "sería inaceptable que Pedro Sánchez delegase la decisión de si debe abstenerse para dejar que Rajoy gobierne en las bases de su partidos. Hay responsabilidades que sólo corresponden al líder del PSOE y dejarla en manos de la militancia sólo demuestra su falta de claridad sobre un tema esencial. Es su obligación convencer a su partido de cuál es la mejor opción y defenderla". En el periódico socio de La Sexta es Pedro Narváez el que habla del veto de Rivera a Rajoy. Pero lo hace con tanto desprecio y mala baba que no merece la pena destacar nada de su columna. No aporta nada positivo.