Está en boca de todos los dirigentes territoriales del PSOE. Un Gobierno PSOE-Podemos sería la única salida para eclipsar el terremoto electoral que lleva un año haciendo tambalear los cimientos del socialismo. "Sólo desde el Gobierno se puede remontar", confiesa un dirigente a Libertad Digital. Y por eso el objetivo es tocar poder. Y no con cualquiera sino precisamente con quien amenaza con enterrar la supremacía en la izquierda de un PSOE con 137 años de historia.
Pablo Iglesias será el socio preferente de Pedro Sánchez. El único con el que salen las cuentas. Pero sólo se intentará si el PSOE mantiene la segunda plaza... en escaños. Es la verdadera novedad de esta campaña. Al margen de las predicciones de la dirección socialista de que no habrá sorpasso, algunos barones ven más que "posible" el Gobierno con Podemos, incluso si la formación morada adelanta en votos al partido socialista. En un PSOE siempre enfangado en luchas intestinas y amenazas previas con enterrar a la siempre cuestionable dirección federal, los dirigentes consultados aseguran, en un tono inusualmente dócil, que "lo importante en una democracia parlamentaria son los escaños" y "cuando la realidad se impone" algunos darán un paso atrás.
Dirigentes díscolos que se muestran ahora comprensivos y parecen replegarse ante la expectativa de que, ésta vez sí, fructifique la "gran coalición de izquierdas" que intentó y proclamó Sánchez en su visita a Portugal posterior al 20D. "No estamos en bronca, ni siquiera estamos hablando", dice uno de los barones que tantas veces se ha alineado con el resto de federaciones críticas para erosionar el liderazgo de Pero Sánchez. No obstante, confían en que no habrá sorpasso tampoco en votos porque "el PSOE está muy movilizado". Y se atreven incluso a dar una horquilla: entre 87-91 diputados.
Con este pírrico resultado, el líder del PSOE podría intentar formar Gobierno según algunos barones, que admiten que es "tan desastroso como lo eran los 90 de hace meses". La diferencia es que podría haber opciones de poner un pie en Moncloa. Y ante la expectativa de que eso ocurra, prudencia y contención de quienes huelen la posibilidad de que el BOE esté en manos de un socialista. Y más cuando las expectativas de la llamada a suceder a Sánchez, Susana Díaz, no parece tener mejores presagios ante la amenaza de su propio sorpasso, en este caso del PP en Andalucía.
La única línea roja será que "el Gobierno no dependa de los independentistas" y ven con buenos ojos que Podemos diga ya que el referéndum de autodeterminación en Cataluña quedaría fuera de la negociación con el PSOE. Y no descartan incluso que En Comú-Podem estuviera fuera del acuerdo en aras de facilitar un pacto Sánchez-Iglesias, con el compromiso de iniciar la ponencia de reforma constitucional en el Congreso para aplazar el debate del referéndum. Lo relevante será que el pacto inicial no haga descansar la gobernabilidad de España sobre ERC o DyL y por eso en las cuentas miran con buenos ojos al PNV, que les permitiría un margen de seis escaños a sumar a los 170 que podrían conseguir las formaciones de izquierdas.
Unas cábalas socialistas que se completan con el contexto de lo que pudiera ocurrir en las fuerzas de la derecha. "Si PP y Ciudadanos no suman y Rajoy pierde escaños, va a haber una guerra civil en el PP" que estallará en términos de liderazgo, agravada por los casos de corrupción. Sin ir más lejos, el último afecta a uno de los hombres más cercanos del presidente del PP, Jorge Fernández Díaz. Si esto ocurre, "todos los problemas de la negociación con Podemos van a ser menores en comparación". Ahora bien, el castillo de naipes se desmorona en el caso de que no se cumpla la primera premisa: "Si hay sorpasso también en escaños, el PSOE estará en el abismo".