El controvertido director de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC), el juez madrileño en excedencia Daniel de Alfonso, es la estrella mediática del momento. Desde la filtración al diario Público de sus conversaciones con el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en las semanas previas al referéndum ilegal del 9-N de 2014, no para de conceder entrevistas en los medios catalanes y de aportar datos entre confusos y contradictorios.
La última hora de De Alfonso es la insinuación de que los socialistas catalanes estarían detrás de todo porque la OAC investiga un supuesto caso de financiación ilegal del PSC. Como es obvio, los socialistas ya han anunciado una querella.
En menos de doce horas, De Alfonso ha pasado de sostener que su teléfono podía estar "monitorizado" a especular sobre la presencia de un micrófono oculto en el despacho del ministro, que es, alega, donde se reunieron.
La psicosis sobre el pinchazo de su teléfono móvil le llevó varias veces a cambiar de celular, afirmaba anoche en TV3. Esta mañana cambiaba de teoría en la radio del Conde de Godó y decía que llevaba el móvil en el maletín cuando se reunió con Fernández Díaz y que la calidad de las grabaciones filtradas hacen presuponer en un sistema más sofisticado. Descarga al ministro, sin embargo, de cualquier responsabilidad pues dice que no tenía a la vista el móvil del titular de Interior. Ayer, en cambio, su versión era que la filtración debía haber partido de la Policía o del entorno del propio ministro.
Embarullado, De Alfonso mira ahora hacia todos los lados, sostiene que los partidos nacionalistas siempre han querido cortarle la cabeza y añade la teoría del PSC mientras recorre los platós y estudios de radio para dar unas explicaciones que la Mesa del Parlamento catalán le exigirá en la cámara autonómica, que podría convocar un pleno extraordinario para provocar su cese, que requiere de una mayoría de 81 diputados.
La presidenta del "Parlament", Carme Forcadell, ya ha aludido a esa posibilidad mientras De Alfonso replica que no piensa dimitir, que la víctima es él, que está dispuesto a sumarse a una querella de Fernández Díaz y que, siempre con el presunto por delante, los socialistas serían los sospechosos de la filtración.
Lo seguro es que Daniel de Alfonso está en la picota, que no encontrará ningún apoyo en el parlamento regional que lo designó en 2011 para sustituir a David Martínez Madero, quien falleció de un infarto en el aeropuerto de Milán a la edad de 48 años.
La OAC ya fue objeto de controversia cuando Victoria Álvarez, la mujer que denunció los manejos del hijo mayor de Jordi Pujol, aseguró haberse sentido menospreciada en la oficina, a la que acudió para dar cuenta de la trama de la familia del expresidente catalán y de no fiarse de De Alfonso.
El magistrado en excedencia se caracteriza por un lenguaje directo, jura por sus hijos que ni grabó ni filtró la conversación y que "no pienso comerme el marrón". Mientras tanto, en los medios públicos de Cataluña y los afines a Convergencia y ERC redoblan los tambores del "bombazo informativo" y los políticos nombrados en las grabaciones sacan pecho, hacen gala del tradicional victimismo nacionalista, aluden a las cloacas del Estado y exigen dimisiones fulminantes.
Entretanto, el director de Público, el medio que ha difundido la información, Carlos Enrique Bayo, ha apuntado a De Alfonso como "muy probable autor" de la grabación. En declaraciones a TV3 y según un comunicado del canal autonómico, Bayo ha comentado que en las conversaciones grabadas "queda clarísimo que es él quien está grabando", porque parece un "audio selfie" en el que De Alfonso "está hablando para la grabación", dejando claro que "está dispuesto a hacer cualquier cosa para beneficiar los intereses" del ministro.
"Hablamos con Daniel de Alfonso antes de la publicación y llegó a decir que él no se comerá el 'marrón' de haber grabado al ministro", ha explicado Bayo. Según Bayo, "queda claro que con esta grabación se intenta guardar las espaldas, cuando dice una y mil veces que está cumpliendo órdenes" y que "no hace nada que no esté avalado por la máxima autoridad de Interior". "Si hubiese juicio, él podría justificar que cumplía órdenes", ha argumentado Bayo, que ha asegurado que el propio De Alfonso "ha admitido telefónicamente" al diario digital que la grabación es suya.
Entrevistado por García Ferreras, sin embargo, negó "rotundamente" ser el autor de la grabación. "¿Cuál es el beneficio? ¿Creen que a mi me interesa verme involucrado en esto?", preguntó. Y apuntó, en otra variante de sus hipótesis, a "alguien del entorno" del ministro. "Y se publica en un determinado periódico que, legítimamente, tiene la línea editorial que tiene, a cuatro días de las elecciones y unas semanas después de que yo dijera que había una investigación sobre la financiación ilegal del PSC", dejó caer.