Cualquier persona que pretenda escribir la biografía de Albert Rivera no podrá llevar a cabo con solvencia la empresa sin hablar, al menos durante una larga tarde, con José Manuel Villegas (Barcelona, 1968). Este catalán madridista, padre de familia, abogado e inquieto políticamente desde que militó en su juventud en el PSC -antes de desencantarse con los postulados socialistas sobre el nacionalismo- es, ha sido, y no parece que vaya a dejar de ser, el principal colaborador del presidente de Ciudadanos. Ha visto hacer casi de todo a Rivera, desde defender a una gitana en la Feria de Abril de Barcelona de la paliza que le propinaba su marido, allá por los duros inicios de Ciudadanos hace una década, hasta negociar de tú a tú con Pedro Sánchez un (frustrado) acuerdo de Gobierno para España. Nos recibe en la sede central de Ciudadanos, a poco más de veinticuatro horas del inicio de una campaña que volverá a dirigir, y al día siguiente de la presentación del programa electoral, en el que un nuevo redactado trata de limar algunas cuestiones que generaron polémica en diciembre.
Lo de dulcificar con un nuevo redactado aspectos polémicos o discutidos de su programa, ¿no es vieja política?
Yo creo que el que los ciudadanos te entiendan, sepan cuáles son tus posiciones y que lo sepan de una manera más clara y sintética, no es vieja ni nueva política, es conseguir lo que debe hacer un partido político: que los ciudadanos tengan claro cuáles son tus propuestas. Siempre se puede mejorar, y con estas 350 medidas creo que lo hemos hecho en el terreno comunicativo.
Uno de esos aspectos es el que se refiere a la violencia de género. Ya que el texto va a ser sujeto a interpretaciones, creo que lo mejor es que usted aclare si el agravamiento de penas para el hombre que maltrata a su mujer debe extenderse a otro tipo de delitos, como el que se pueda producir en parejas homosexuales o entre padres e hijos.
Defendimos en diciembre, y ahora también, que el agravante por violencia de género se debe mantener, sin rebajar las penas a los maltratadores. Hay otros tipos de violencia que entendemos que también deben de tener protección, las que se producen en el ámbito de la familia o de las parejas. Por la vía de tener dos leyes, la de violencia de género, que no ponemos en duda, y otra de violencia intrafamiliar.
Pero usted sabe que quienes defienden la actual legislación consideran que el crimen machista debe tener un agravamiento penal mayor. Por lo tanto seguirán acusándoles de romper una asimetría punitiva que consideran justa.
Está claro que la violencia de género tiene unas raíces diferentes, por eso hemos defendido siempre ese agravante. Pero hay otro tipo de víctimas que también tienen que tener su protección.
Otra propuesta que generó mucha polémica de Ciudadanos, aunque en esta ocasión no hay maquillaje en la redacción, sino un cambio puro y duro, es en el IVA. Ustedes renuncian al modelo simplificado en dos tipos, del 18 y el 7%, que les valió duras críticas por "subir el IVA del pan" como se repitió hasta la saciedad. Ustedes argumentaron que en realidad, en el conjunto de una cesta de la compra tipo, había una rebaja, y dijeron que recaudatoriamente era neutro. ¿A qué se debe el cambio?
Era casi neutra, y, como usted dice, bajaba algo la cesta de la compra, porque elementos como el pan tienen menos peso en ella que otros alimentos. Pero pensamos que en el actual marco fiscal y de lucha contra el déficit no iba a ser posible vender en Europa la bajada del tipo general del 21% al 18%. Creemos que no le podemos decir a la gente que vamos a hacer cosas que en Europa no nos van a dejar. Era una redistribución general de tipos. Es mejor esperar a que las circunstancias sean apropiadas.
Durante la presentación del programa, Albert Rivera atacó muy duro al PP por subir el IVA. Muchos se preguntan si tiene consistencia esa crítica para luego mantener el impuesto como está.
Rajoy hizo campaña diciendo lo contrario de lo que luego hizo, cuando las circunstancias no habían cambiado desde que estaba en la oposición hasta que llegó al Gobierno en 2011. Es lo mismo que está haciendo ahora, decirles a los ciudadanos unas cosas que sabe que son imposibles. Si gobernase nos encontraríamos igual que en 2011, con un presidente que hace exactamente lo contrario a lo que prometía como candidato. Es el camino por el que nosotros no queremos ir.
El compromiso de la bajada del IRPF se pospone a la segunda mitad de la legislatura siempre y cuando el déficit se ajuste al 3%. Además, de alguna manera se vuelve a condicionar esa bajada a reformas institucionales de calado para pinchar lo que ustedes denominan "burbuja política", principalmente con la eliminación de las diputaciones provinciales. ¿Hay que entender que si no se logra esa ambiciosa reforma institucional no se podrán bajar los impuestos a la clase media y trabajadora?
Lógicamente esa reducción del IRPF en 2018 viene condicionada a una situación económica. Por eso no se puede acometer el año que viene, por el agujero superior al esperado que nos ha dejado el Gobierno Rajoy, de unos diez mil millones de euros, y porque no se han hecho las reformas que nosotros consideramos necesarias. Hay que empezar racionalizando la administración y eliminando los chiringuitos políticos para luego bajar los impuestos.
Finalmente la estimación del ahorro que supondría la eliminación de las diputaciones no es tan elevado como los 6.000 millones que se llegaron a manejar.
Estamos hablando de un agujero del déficit de 8.000 millones y solamente con esta medida estaríamos conjurando, a corto plazo, la mitad de ese agujero. Consideramos, además, que es una medida ejemplar. En España, las familias y las empresas se ajustan pero parece que por la administración no haya pasado la crisis. Le han quitado la paga extra a los funcionarios pero no los cargos de libre disposición, los enchufados.
Es un argumento que se repite mucho, pero aun a riesgo de ser políticamente incorrecto, le planteo si usted, que ahora mismo está trabajando sin horario dirigiendo una campaña electoral, o que ha echado más horas que un reloj estos cuatro meses en el Congreso, cree que a alguien con una plaza fija se le puede exigir, o pedir siquiera, ese nivel de compromiso.
Los funcionarios tienen sus derechos, como todos los trabajadores. Hay que buscar una mayor eficiencia, como en una empresa, con un sistema de turnos por ejemplo. Lleva usted razón en que tiene que haber algunos cargos de confianza, se trata de encontrar un equilibrio. El problema, y eso es lo irracional, es que aquí llega un Gobierno y cambia hasta el bedel.
Ustedes abogan por un pacto nacional por la Educación, que incluso Albert Rivera ha dicho que será la condición fundamental para que Ciudadanos sume en un acuerdo. Da la impresión, por establecer una analogía informática, que ustedes hablan mucho del hardware pero poco del software. La principal preocupación de su programa son cuestiones como la gratuidad de los libros de texto o el acceso de los niños desfavorecidos, aspectos muy importantes, pero la Educación es algo más, no se sabe bien qué plantea Ciudadanos a nivel pedagógico o curricular.
Hemos hablado mucho de Educación y lo seguiremos haciendo. Ojalá todos los partidos hubieran dedicado el mismo tiempo. Lo primero que creemos es que no puede haber leyes educativas de partido. Sí que creemos que la educación tiene que ser menos memorística, más analítica. Es verdad que no entramos al detalle del currículum, precisamente porque creemos que hay que pactarlo.
Las listas y los futuros pactos
Ciudadanos ha cambiado un tercio de los cabezas de lista sin primarias. El candidato sustituido de La Coruña, Antonio Rodríguez, ha protestado por ello diciendo que Rivera no le puede "evaluar" porque ya lo han hecho los votantes de su circunscripción y los militantes que le eligieron en primarias el año pasado.
La Ejecutiva sí que puede evaluar, de hecho es nuestra responsabilidad según los estatutos. Podríamos haber elaborado nuevas listas, siempre que las ratificase después el Consejo General. Otra vía, la que hemos tomado, respetar las primarias, salvo en los casos de renuncias voluntarias, que hemos cubierto. Ha habido un caso en el que, ejerciendo nuestra responsabilidad, decidimos que la persona que había salido elegido diputado no cumplía las condiciones mínimas que creemos que tiene que tener un representante público de Ciudadanos.
¿A qué se refiere?
Hay que tener unos mínimos de capacidad de comunicar, de saberse el programa electoral, haber hecho un trabajo… En fin, no quiero yo ahondar en ninguna herida, pero hemos considerado que no cumplía.
Pero sí para ir de número dos, cosa que se le ofreció, e incluso para ir en las listas a las autonómicas de Galicia que se celebrarán este año.
Sí, fui yo quien habló con él. Creíamos que no tenía capacidad para liderar una lista y ser quien diese la cara en Galicia, un sitio muy importante para nosotros.
Rivera ha dicho que lo que se juega el 26-J es que esté en el Gobierno Podemos o que esté Ciudadanos. Implícitamente eso es asumir que Ciudadanos se postula para entrar en un Gobierno, con Albert Rivera de vicepresidente y ministros de color naranja. Me gustaría que confirmase que eso es así, a diferencia de diciembre, donde ustedes decían que no entrarían en un Ejecutivo que no presidieran.
Ya dimos el paso después de diciembre, ante la situación de bloqueo que vivía España. La posibilidad de gobiernos de coalición va a estar obviamente abierta después de las elecciones y nosotros lo asumimos, aunque no lo ponemos como condición. Pero no nos importa qué personas o qué cargos, todo va a estar supeditado a la negociación programática. No vamos a estar en un Gobierno que no sea de cambio y aplique las reformas que planteamos en nuestro programa, para modernizar el país y luchar contra la corrupción. Si nos ponemos de acuerdo con el PSOE, o con el PP, o con los dos, ya veremos cómo es la aritmética, estaríamos dispuestos a entrar en un Gobierno de coalición, aunque no lo ponemos como condición.
Lo que sí ponen como condición es que no esté Rajoy.
No.
Rivera ha dicho que no estarán en un Gobierno que presida el líder del PP.
No ponemos esa condición para sentarnos a hablar con nadie.
Pero el que se sienta con ustedes, sobre todo si es el PP, sabe que esa condición está encima de la mesa.
Vamos a ver si llegamos a acuerdos, y luego veremos las personas. Está claro que nuestro candidato ideal no es Rajoy. Lo normal es que si pedimos un cambio ese cambio venga también con las personas, con un equipo nuevo. Tampoco aceptamos que las condiciones previas para una negociación política sean si mi silla está asegurada. Primero hablemos de política y comprometámonos todos a lo que hemos llamado pacto antisillones, que nadie ponga como condición su propia poltrona para poder llegar a acuerdos.
Es evidente que el nivel de confrontación entre Ciudadanos y Podemos es mucho mayor que en diciembre. Rivera ha dicho, por ejemplo, que el partido morado es la sucursal chavista en España, muy distinto a cuando hace seis meses se compadreaba con Pablo Iglesias en los platós de televisión y se presumía de buena sintonía entre ambos líderes.
En estos seis meses han pasado cosas…
Sin duda, pero la cuestión de Venezuela no es de este tiempo, su vinculación con Podemos siempre ha estado ahí.
En parte sí, lo de que hayan cobrado siete millones y estén financiados por el Gobierno venezolano ha sido una novedad de estos meses. Nosotros llevamos diciendo, desde el 20 de diciembre, que podemos llegar a acuerdos de Gobierno con el PP o el PSOE pero no con Podemos, porque son antagónicos. Otra cosa son los detalles o los matices de campaña. Una de las autocríticas que hicimos de la campaña de diciembre es que habíamos confrontado seguramente poco con nuestros adversarios, y especialmente con Podemos. Como ellos van cambiando hay que desenmascararlos, porque si no parecen un partido de centro transversal, como a veces se presentan. No hicimos suficiente hincapié en afirmar que quien vota Podemos vota las ideas comunistas o el modelo de Grecia o Venezuela. En esta campaña no nos va a pasar.
Rivera ha dicho que Pedro Sánchez se ha rebelado contra parte del PSOE. Usted ha estado en las negociaciones con los socialistas. ¿Por qué lo dice?
No es que tengamos ningún dato nuevo porque, como sabe, los comités federales del PSOE son casi públicos [sonríe] porque siempre hay alguien que los graba. Sánchez está sobreviviendo a su partido. Quizá eso explique la indefinición que tienen ahora. No sabemos si son los de Barcelona, que entran en el Gobierno con Ada Colau, o si son firmes frente a Podemos.
¿Cómo puede influir en la campaña la crisis del Gobierno de Cataluña?
Todo este sainete es muy normal que pase cuando tú pones un Gobierno de una comunidad autónoma tan importante en manos de unos tipos como los de las CUP. Si la estabilidad del Gobierno de Cataluña la entregas a unos antisistema, que tienen el 8% del voto y se pasan el día en manifestaciones e incluso alguno de sus representantes en altercados callejeros, pues te encuentran con problemas como el que están tendiendo. El proyecto separatista está en un callejón sin salida, los catalanes estamos deseando pasar página. Nosotros vamos a intentar que se enganchen a un proyecto de España reformista e ilusionante.