Pablo Hasel está al frente de los ocho individuos que mantienen en jaque a la Universidad de Lérida. Se encerró el pasado 17 de mayo junto a unas veinte personas en el rectorado de dicho centro y allí permanece emitiendo mensajes a través de las redes sociales en las que amenaza a Ciudadanos, a su líder en Cataluña, Inés Arrimadas, anima a los violentos del barrio barcelonés de Gracia, y aplaude sin tapujos el terrorismo.
Hasel es el rapero de referencia de Podemos, un sujeto patrocinado por Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero, pero a los que ahora considera títeres de la oligarquía para sofocar la revolución.
Ni él ni sus compañeros están matriculados en la Universidad de Lérida. Los estudiantes que se encerraron con él para pedir el despido de la profesora Inma Manso, subdelegada del Gobierno en Lérida, depusieron su actitud la semana pasada, cuando un grupo de profesores, personal administrativo y alumnos del centro les exigieron que se marcharan al grito de "Fuera okupas de la Universidad". Hubo empujones y los de Hasel hirieron a un cámara de TV3 y a un redactor del diario Segre. Al día siguiente, la sede del periódico y la delegación de la televisión autonómica fueron la diana de unos vándalos que apedrearon las fachadas de los inmuebles. Este lunes fue la sede de Ciudadanos la que sufrió las consecuencias de los mensajes incendiarios de este partidario del terrorismo, condenado a dos años de prisión, que no cumplió, por enaltecimiento de la violencia.
Un vistazo a su cuenta en Twitter demuestra la personalidad del sujeto. Ahí se pueden encontrar fotografías de víctimas del terrorismo en España y en todo el mundo que, según la retórica de Hasel, fueron ejecutados por el pueblo. El tipo es partidario de ETA, del Grapo y de cuanta organización criminal se escude en teóricos motivos políticos y se declara partidario de Stalin y el Che. También abraza todas las causas "humanitarias" y acusa al Gobierno de matar a los niños andaluces de hambre o de asesinar a inmigrantes. Pero Hasel, de nombre auténtico Pau Rivadulla, no es precisamente un paria de la tierra, sino hijo de una conocida familia ilerdense.
Su padre, don Ignacio Rivadulla, fue presidente de la Unió Esportiva Lleida, el equipo de fútbol de la ciudad, y posee un negocio dedicado al control de plagas, desinfección y desratización de edificios.
El conflicto en la Universidad comenzó cuando un grupo de estudiantes, el pasado abril, se enfrentó a los Mossos d'Esquadra que protegían a la profesora Inma Manso, y una chica agredió a un agente. Los violentos protestaban por la política sobre los refugiados de la Unión Europea y centraron sus iras en Manso, que desde entonces acude a la Universidad con la protección de dos agentes de paisano. Los radicales exigen que no haya policía en el campus.
El rector, Roberto Fernández, todavía no ha dado la orden de desalojo, dado que sopesa la posibilidad de que se reproduzcan los incidentes. Fernández, catedrático de Historia, fue Premio Nacional de tal materia el año pasado por el libro Cataluña y el absolutismo borbónico en el que desmonta todas las teorías separatistas sobre la Guerra de Sucesión y el 1714. Su nombramiento no fue del agrado de los antisistema, que ya en 2014 asaltaron el rectorado. En aquella ocasión, los Mossos actuaron a las pocas horas y lograron expulsar a los okupas.
Fernández ha mostrado su apoyo absoluto e incondicional a Manso y no está dispuesto a ceder a las pretensiones de Hasel y sus fans, pero fuentes universitarias alegan que una intervención policial en estos momentos podría degenerar en graves disturbios, dada la propensión a la violencia de Hasel y los suyos, responsables, según los Mossos, de la mayoría de incidentes políticos en la capital leridana. Además, cuenta con el apoyo de algunos estudiantes, empeñados en expulsar a Manso de la Universidad por su condición de subdelegada del Gobierno y militante del PP.