El Mundo dice que "el Govern aprovecha el veto a la 'estelada' para dar aire al procés". Vaya, El Mundo se ha inventado un nuevo idioma tipo espanglish. ¿Cómo lo llamará, catallano, catañol? Dice el editorial que su "punto de vista es que las razones del Gobierno merecen ser sopesadas, pero no nos parecen convincentes porque nadie puede prohibir algo que está permitido por la norma y amparado en la propia Constitución como una libertad de expresión. Las banderas independentistas no son ilegales, como no lo son las republicanas, por lo que nadie puede impedir que las personas lleven a un acto público esos símbolos". Además, dice con una candidez asombrosa, "la prohibición va a agudizar el problema" con los nacionalistas. ¿Desde cuándo los indepes necesitan motivos para montar el circo? Se queja, no obstante de la "hipocresía de Puigdemont y Colau, que no toleran la exhibición de símbolos nacionales en Cataluña y se ofenden porque se prohíban en Madrid unas banderas que no son oficiales (…) El nacionalismo catalán tiene un descarado doble rasero que cada día queda más en evidencia: sus símbolos son sagrados e intocables, pero la bandera española, el himno nacional o la figura del Rey no le merecen ningún respeto". El Mundo ha descubierto la luna. "Resulta un sarcasmo que los intolerantes recurran ahora a la tolerancia para que se respeten sus derechos". Tampoco hay que estrujarse mucho las neuronas intentando razonar con los nacionalistas, es un consejo. Ya dice Jorge Bustos, "el Estado lo tiene jodido para no ofender a un catalán, para no fabricar el puñadito de indepes de cada día", allí "el victimismo es una adición". Mejor harían con dejarse de argumentaciones y limitarse a desahogarse, como Federico Jiménez Losantos, que echa las muelas con los financiadores del separatismo catalán. "¿Que los golpistas de la Generalidad no tienen para nóminas? De Guindos desvía su avión privado y asegura a Junqueras que el FLA seguirá pagando la TV3 y demás armas del Prusés. ¿Que Cocomocho ovaciona al terrorista Otegi por la mañana? Él lo visita por la tarde y le dice que dinero no le faltará. ¿Habrá mejor faisán que la Agencia Tributaria? Ahí morimos todos: pagamos para que, este año, no nos maten". Santiago González afea al PSC su "indiferencia moral" con Otegi. "Meritxell pertenece a una postmodernidad que considera inhabilitado para la vida pública tener una cuenta en un paraíso fiscal. Haber sido condenado por pertenecer a una banda terrorista, en cambio, no es inconveniente moral alguno para que sea candidato a la presidencia del gobierno vasco". Así les va. Por querer estar al plato y las tajadas se van a quedar sin plato y sin tajadas.
El País, como Rajoy, no quiere saber nada de banderas en su portada. Tras varios días haciendo la rosca a Podemos, llama la atención un titular. "El retorno de Anguita reaviva el choque Iglesias-Errejón". Cachis, Pablo, ya te los habías metido en el bolsillo y le pisas el callo de Anguita a Cebrián. Del temita de las esteladas desbarra, más que escribe, Xavier Vidal-Folch. Dice que dejen en paz a esta pobre bandera que no ha matado a nadie. "En su nombre no se ha cometido ningún crimen" y que exhibirla pertenece al mundo de la libertad de expresión. Y para defender su puntos de vista no se le ocurre otra cosa que arremeter contra Concepción Dancausa porque su padre fue "un falangista de segunda hora". "Nadie es culpable por tener un padre fascista. Pero sí por obrar como él". ¿Sabrá este hombre que su jefe Cebrián era jefe de informativos de la televisión franquista? El editorial considera un "error mayúsculo" prohibir la estelada. En una cosa tienen razón, "es grotesco pensar que retirar esteladas ahorrará otras muestras de provocación y mal gusto" del independentismo catalán, se alimentan de eso. Y en otra no la tienen, "asociar violencia e independentismo catalán no está avalado por los hechos". Que le pregunten a Ciudadanos. Ayer, sin ir más lejos, le rompieron otra sede a pedradas en Tarragona.
ABC dice que "el manual de la Federación de Fútbol obliga a requisar todas las esteladas". Ah, que es por un manual. El editorial dice que ya está bien, que "España ha perdido demasiado tiempo templando gaitas con el secesionismo, y ya no son de recibo más actitudes contemplativas". Pelín tarde, diría yo. En cuanto a que Puigdemont y Colau no nos honren con su presencia, pues que les den, "pocos les echarán de menos". Carlos Herrera invita al Barça, que se ha "rasgado las vestiduras", a hacer lo mismo. "No se ha atrevido a dar el paso consecuente con el que radicalizaría su apuesta por el objetivo político: renunciar a participar en esa competición y no presentarse ni a esa ni a ninguna otra de ámbito español". Así que "mientras no den ese valiente paso", chitón.
La Razón anuncia a bombo y platillo una buena nueva. "Rajoy quiere un único debate a cuatro y sin duelo con Sánchez". Todos contentos, así no se hernia él y nos deja en paz a los demás. Marhuenda dice sobre el asunto de la estelada que "no existe intencionalidad política alguna en la prohibición de exhibir banderas independentistas catalanas durante la Copa del Rey", que "se ha tomado en aras de la seguridad", como cuando se prohíbe ir en burro por una autopista o cruzar un semáforo en rojo. Que es que hay que ver estos catalanes, se molestan por todo, "alimentan falsas polémicas victimistas donde no hay más que racionalidad". Vamos, vamos, quién iba a pensar que por una tontuna como prohibir una banderita independentista iban a montar la marimorena.
Pues La Vanguardia le da la razón a La Razón y se lleva el tema a las páginas de Deportes. "El Barça defiende la estelada". También el periódico del Conde de Godó, antaño La Vanguardia Española relaciona el asunto con que Dancausa es "hija de un abogado y político falangista". Para qué quiere más Pilar Rahola, se lanza a su yugular sin piedad. "Las miserias de los padres no las heredan los hijos, pero cuando la hija en cuestión tuvo un padre que fue falangista de carnet en la boca, fundador de la Fundación Francisco Franco", etc, etc, etc "la cosa se pone chunga". No tengo ganas de mirar la hemeroteca, pero así a bote pronto estoy viendo a Cristina Almeida, hija de franquista, o a Maru Menéndez, cuya foto vestida con el uniforme falangista dio la vuelta al mundo, acordándose del padre de Rahola.