Verano de 2002, Úbeda. El Sindicato Andaluz de Trabajadores, comandado por Andrés Bódalo irrumpe en Úbeda para cerrar cuantos comercios se atrevieran a abrir desafiando la huelga general convocada para aquel día.
Así, Bódalo entró en la heladería de Eva Rico, que por aquel entonces estaba embarazada de seis meses. Rico no tenía ninguna intención de cerrar, ya que vive de su negocio y no se puede permitir el lujo de cerrar un solo día, y menos en verano. Pero pagaría cara la osadía de desafiar a los sindicalistas capitaneados por Bódalo. Irrumpieron en su negocio y "me insultaron, me llamaron fascista de mierda, me cogieron de la camisa y me llevaron de aquí para allá mientras golpeaban sillas, mostradores, vitrinas. Yo traté de proteger todas estas cosas y al intentarlo recibí los golpes estando embarazada". Pero no quedó ahí la cosa.
En una segunda acometida, comenzaron a golpear con palos los cristales que estaban cerrados. "Temí que rompieran los cristales, así que abrí la ventana y les pedí que se marcharan. Fue entonces cuando me volvieron a coger de la camisa. Temí caerme de barriga al suelo haciéndome más daño todavía. Mi hijo estaba en la tienda con una compañera que también estaba embarazada de seis meses. Mi compañera cogió a mi hijo pequeño y lo sacó del local. Mientras, (Bódalo y compañía) nos gritaban que nos fuéramos a casa a fregar platos, que era donde teníamos que estar".
Éste era el escalofriante relato de Eva Rico, que este miércoles ha atendido la llamada de Es la Tarde de Dieter en esRadio para recordar aquella tarde de junio de 2002, cuando fue atacada por Bódalo y los suyos. Tal y como recordaba Brandau, este miércoles Manuela Carmena ha recibido en el Ayuntamiento de Madrid a un grupo del Sindicato Andaluz de Trabajadores que defiende la libertad de Bódalo. Éstos han destacado que su objetivo con Carmena era "tratar la libertad de Andrés Bódalo". La alcaldesa les ha correspondido diciendo que el indulto pacificaría la situación en Jódar (pueblo de Bódalo).
Además, Carmena ha ofrecido su mediación a los miembros del Sindicato Andaluz de Trabajadores, a los que ha pedido que levanten el puesto que han montado en la Puerta del Sol desde el que piden la libertad del agresor. Los miembros del SAT (entre ellos Diego Cañamero y la hija de Bódalo) aseguraron a su llegada a Madrid que no abandonarían la capital hasta que Bódalo sea indultado.