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Rivera tratará ahora de salvar al soldado Sánchez

Apostará en la campaña por un gobierno "de moderados" en coalición con el PSOE. Endurecerá el tono con Podemos y Rajoy.

Apostará en la campaña por un gobierno "de moderados" en coalición con el PSOE. Endurecerá el tono con Podemos y Rajoy.
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. | EFE

Seis meses pueden ser un mundo en la vida y mucho más en política, sobre todo si se produce la insólita circunstancia de que en tan corto periodo de tiempo se repitan unas elecciones generales. Albert Rivera, impulsado por encuestas, reales y virtuales, que le colocaban en disposición de amenazar la hegemonía del bipartidismo, así como por un resultado histórico que aupó a Ciudadanos a liderar la oposición en Cataluña, arrancó la precampaña electoral en diciembre retando a debates cara a cara a Pedro Sánchez (llegó a producirse un ofrecimiento formal de una gran cadena de televisión) afirmando que el PSOE ya no representaba al centro como en la época de Felipe González y, en una frase que ahora se le vuelve como un boomerang, hablando de una supuesta "operación para salvar al soldado Sánchez" impulsada por la derecha.

Medio año después, como ha quedado de manifiesto en su primer discurso de precampaña, pronunciado este sábado ante el Consejo General de su partido, la estrategia es diametralmente opuesta. En el cuartel general de Ciudadanos están convencidos de que, pese a que el PP confíe en ello, la suma de populares y centristas seguirá sin dar una mayoría suficiente para formar Gobierno.

Además, Rivera no recula en su presión sobre los populares para que aparten a Mariano Rajoy, por considerar que el presidente del Gobierno en funciones no será capaz de regenerar España, entre otras importantes razones porque, como afirman en privado destacados dirigentes centristas, el todavía inquilino de La Moncloa vive bajo el chantaje de las personas de su partido implicadas en graves casos de corrupción, singularmente Luis Bárcenas y Rita Barberá.

"Moderados" frente al comunismo y los corruptos

Ante esa tesitura -la de no sumar con el PP y rechazar tajantemente a su líder- Ciudadanos, en una operación no exenta de riesgos y difícil de implementar aritméticamente, va a apostar por lo que el propio Rivera ha definido en su discurso inaugural de su renovada candidatura, como el eje de "los moderados" tras el que no es difícil adivinar al partido naranja y al PSOE, máxime cuando se acompaña de duros y combinados ataques a PP y Podemos, resumidos en esta frase: "Ni la hoz y el martillo ni los corruptos en el Senado".

La apuesta de Ciudadanos es clara por entrar en el Gobierno, del que no hay duda que Rivera sería vicepresidente, una posibilidad que provocó gran revuelo y una desautorización expresa del partido cuando hace unos meses la explicitó el portavoz parlamentario, Juan Carlos Girauta. Ahora Rivera habla sin tapujos de ello: "Que la aritmética nos de la posibilidad de decidir y de formar parte del Gobierno de España".

Rivera se presentará durante la campaña como perfecto antídoto contra Podemos: "Que los españoles duerman tranquilos, porque el populismo, con nosotros, nunca llegará al Gobierno". Al mismo tiempo, le recordará a Sánchez que no puede gobernar en solitario y que, por ello, no tiene sentido que forme, como ha anunciado, gabinetes en la sombra para los que ha recuperado a históricos socialistas como Josep Borrell.

Un equipo de campaña continuista

La logística y el diseño de la campaña ofrecerán pocas novedades, toda vez que volverá a ser dirigida por el número dos de Ciudadanos, José Manuel Villegas, asistido de nuevo por Fran Hervías y Fernando de Páramo y también por el secretario general del grupo parlamentario, Miguel Gutiérrez. Sí habrá más actos sectoriales, cuya ausencia fue señalada por la Ejecutiva del partido como una de las carencias de la campaña de diciembre, y puede que sea una campaña algo más coral que la de diciembre, cuando los cabezas de lista locales (con la excepción de primeros espada como Girauta, número uno por Barcelona, o Toni Cantó, ahora cabeza de lista en Valencia) apenas tenían tres minutos para realizar su discurso como teloneros.

En cuanto a los debates, Rivera sólo irá a aquellos a los que también acuda Mariano Rajoy. Su equipo es muy pesimista sobre la posibilidad de que se celebren, a excepción de uno en la televisión pública, pero que no sería a cuatro, ya que incorporaría también a los líderes de los partidos minoritarios, fundamentalmente los nacionalistas. En contra de lo que ha publicitado en los últimos días la asociación universitaria Demos, no se repetirá el cara a cara entre Rivera y Pablo Iglesias en la Carlos III de Madrid, convocado en principio para el 6 de junio, la semana previa a la campaña.

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