El secretario general del PSOE no ha protagonizado uno de sus mejores discursos. Con rictus serio y frialdad aparente hacia su eterna rival, Susana Díaz, Pedro Sánchez ha intentado insuflar ánimos a la tropa socialista en su proclamación como candidato del PSOE a La Moncloa. Y lo ha hecho emulando al ex presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, para intentar arañar el voto de centro que capitaliza Ciudadanos.
"Puedo prometer y prometo", ha entonado Sánchez en su mitin de Móstoles, "decencia, diálogo y dedicación". Un mensaje que se completa con el mensaje en positivo de que el PSOE es el "único partido del cambio" frente al bloque del 'no' del PP y Podemos.
Ha negado en ese sentido que estas nuevas elecciones sean una segunda vuelta de los comicios del 20 de diciembre. "El 26J se celebra un referéndum por el cambio. Para votar 'no' hay varias papeletas; para votar 'sí' sólo está la del PSOE. El cambio ya está aquí porque sois todos vosotros y todas vosotras".
Sin referencias a Podemos y a su líder, Pablo Iglesias, Sánchez sí ha lanzado un mensaje velado a la coalición IU/Podemos y a la pérdida de identidad que achacan los críticos del viejo partido comunista, con una defensa de las siglas del PSOE: "Somos el PSOE. Cuatro letras, cuatro siglas, no hace falta más. Así ha sido en cientotreinta y seis años de historia y así seguirá siendo. No se trata de cambiar por cambiar. Se trata de sentido común. Que hablen otros de siglas o de sillones".
Un rechazo de los personalismos que también ha hecho veladamente a los críticos de su partido: "el PSOE no es mío... no es de Felipe, ni de Rubalcaba, no es de ninguno de nosotros. Nosotros somos del partido socialista obrero español. Somos la socialdemocracia", ha reivindicado Sánchez tras pedir ánimo a los suyos para movilizar al votante progresista "a votar un sí por el cambio. Eso es lo que tememos que hacer. Con ilusión, con coraje y determinación".