El 26J será una nueva prueba de fuego para el socialismo español: ante él se abre la posibilidad de batir un nuevo récord en su historial de derrotas y, sobre todo, de perder su condición de segunda fuerza, un riesgo que se ha hecho más real tras el pacto IU-Podemos. El escenario que se abrirá inmediatamente después no parece mucho mejor para Sánchez, que se verá abocado a una lucha por el poder en medio de un enrevesado nuevo juego de pactos.
El escenario es negro para el PSOE y más aún con los precedentes europeos que tiene alrededor, donde las opciones populistas están arrebatando más votantes a la izquierda que a la derecha. Dos casos destacan sobre los demás: el alemán y el austriaco.
En el caso de Alemania, el SPD está sumido en una "pérdida de confianza existencial", según la definición que hizo este lunes su presidente, Sigmar Gabriel, en medio de rumores de dimisión. No parece que el término sea exagerado: el partido podría sufrir una catástrofe electoral sin precedentes en las elecciones de 2017 y ya van varias seguidas.
A la popularidad de Merkel y una crisis de liderazgo arrastrada durante años se ha sumado ahora la irrupción de los populistas de derechas del AfD. El nuevo partido, que nació al calor de la crisis del euro y que se ha disparado con la crisis de los refugiados, está haciendo más daño a los socialistas que a los democristianos. Ambos acusan el desgaste de los años de la gran coalición pero la peor parte se la está llevando el SPD, que en estos años ha visto cómo se alejaba de su votante tradicional en los asuntos más espinosos que ha tenido que afrontar el gobierno.
La última encuesta publicada en Alemania es desoladora para el socialismo y ha removido las aguas en el partido, que va camino de una nueva lucha por el poder. El sondeo publicado hace unos días daba a la CDU un 33% de los votos y al SPD un 20%. Al AfD, mientras, le otorgaba un 15%, sólo cinco puntos por debajo de la izquierda. Si éste fuera su resultado en las elecciones, se convertiría en el peor de su historia, a pesar de que el partido batió ese mismo récord en 2009 (23%). En 2013 se recuperó sólo un poco: obtuvo un 25%.
Desde entonces, el SPD sigue sumido en la indefinición y sobre todo en la carencia de un liderazgo claro. A las dudas sobre Gabriel se suma una decisión pendiente: el candidato a las próximas elecciones. Uno de los aspirantes, el alcalde de Hamburgo, Olaf Scholz, ha alertado de que hay que cambiar de estrategia contra el AfD, a quien empiezan a ver como su principal rival. En un artículo, pedía dejar de denostar al partido en sí mismo identificándolo con el nazismo y centrarse en rebatir sus propuestas, que acaparan las tertulias televisivas. "Eso sería lo inteligente", dijo.
Austria: debacle de izquierda y derecha
Además de los sondeos, otro hecho ha desatado la alarma entre los socialistas alemanes: la debacle del partido socialista austriaco, el SPÖ. En la primera vuelta de las presidenciales, celebradas hace dos semanas, el partido se hundió hasta niveles nunca vistos junto al partido de la derecha, con el que gobierna en coalición. Ninguno de los dos candidatos presidenciales pasó a la segunda vuelta. Juntos, sólo lograron el 11% de los votos. El más votado fue el candidato de la derecha populista, Norbert Hofer, que se medirá ahora al de Los Verdes, y que arrebató votos tanto a la derecha tradicional como la izquierda.
En el caso austriaco, el desastre electoral, que anticipa un resultado similar en las legislativas, se ha cobrado ya una víctima: la del canciller y presidente del SPÖ, Werner Faymann. Al presentar su dimisión, admitió que el apoyo a su partido se había perdido casi por completo -el SPÖ lleva gobernando Austria desde 2008 en coalición con la derecha-.
El próximo domingo 22 se celebrará la segunda y definitiva ronda en las presidenciales, que puede llevara Hofer a la presidencia y que los dos principales partidos vivirán, por primera vez, desde la barrera y con la posibilidad de un adelanto electoral sobre la mesa.