Los socialistas se han hartado ya de teatros y paripés de Podemos. La "indignación y la sorpresa" manifestada el viernes por el portavoz parlamentario y jefe de la comisión negociadora, Antonio Hernando, no era impostada, aunque lo pareciera. Según la información transmitida por el entorno de Pedro Sánchez a Libertad DIgital, las esperanzas de alcanzar un acuerdo o, al menos, iniciar la negociación, eran algo más que fundadas.
Estas esperanzas se basan en dos hechos distintos. De un lado, las negociaciones y contactos mantenidos entre el propio Hernando con su homólogo en Podemos e Íñigo Errejón; del otro, los mantenidos entre el jefe de gabinete de Sánchez, Juanma Serrano, con la topoderosa Irene Montero. Los tanteos permitieron allanar el camino y albergar optimismo en la dirección federal del PSOE.
Pero lo que disparó la euforia fue lo desvelado por el mismísimo Pablo Iglesias en el encuentro que mantuvo con Sánchez el pasado 30 de marzo en el Congreso. Según fuentes cercanas al secretario general del PSOE, Iglesias le transmitió su "compromiso personal" de que "no se levantaría de la mesa de negociación con Ciudadanos". Y más aún: aseguró que estaba dispuesto a negociar "el contenido del acuerdo suscrito con Ciudadanos". Es decir: a mejorarlo, pero también a asumirlo en sus líneas generales.
La convicción de los socialistas de que Podemos no quiere ir a elecciones, tras su caída en las últimas encuestas publicadas, hizo el resto para que el equipo negociador dibujara una sonrisa pública tras la reunión a tres bandas. "Es posible llegar a un acuerdo", dijo Hernando la misma noche en que Iglesias evitó comparecer para darle una pensada a su declaración en público.
Cuando a la mañana siguiente los socialistas seguían la intervención de Iglesias desde el Congreso, y su ruptura de la baraja, la euforia se tornó rápidamente en enfado, como el pequeño paso que separa el amor del odio. Por eso, el PSOE asegura hoy que "Pablo Iglesias mintió a Pedro Sánchez" que se siente "profundamente engañado" por el líder de la formación morada, cuya palabra ha dejado de tener ningún valor.
De ahí la dureza expresada el viernes por Hernando en su comparecencia ante los medios al asegurar, pero no explicar, el por qué de que "Iglesias no es franco ni sincero". Un argumento de peso, según el PSOE, para todos aquellos que aún piensan que el líder socialistas traicionará a Albert Rivera y se echará en brazos del partido de los círculos. No se puede traicionar a alguien con quien te ha traicionado a ti previamente.