Pues sí que hay crisis en Podemos. Y debe ser gorda cuando a Antonio García-Ferreras no le ha quedado más remedio que rectificarse a sí mismo. Si la semana pasada decía hecho una furia que era "mentira" que hubiera diferencias entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, hoy ha admitido una "guerra de poder en Podemos".
Le costó. Se explayó con Rita Barberá, con un miembro de Ciudadanos de Madrid por su relación con el empresario Marjaliza, pactos, Besteiro, pero al fin llegó. Con un cartel con Pablo Iglesias caracterizado de César con el pulgar hacia abajo condenando al soldado Sergio Pascual, Ferreras admitió en Al Rojo Vivo que "la crisis existe". "Una gran crisis", llegó a decir.
En una entrevista a Irene Montero calificó de "duro e implacable" el comunicado del líder de Podemos tras cargarse a su número tres. "Machaca a Pascual, solo le ha faltado llamarle incompetente". "Hay discrepancias tácticas entre Errejón y Pablo Iglesias, evidentemente", dijo, incluso habló de una "operación contra Errejón".
Ni siquiera las alusiones de Montero a la "belleza" del comunicado de Iglesias o al "brillo de los ojos" que no puede faltar en Podemos lograron convencer a Ferreras. Será muy "hermoso", pero es "un campo de batalla".
Lejos queda la defensa de la unidad de Podemos que hizo el director de Al Rojo Vivo la semana pasada, cuando no veía ninguna guerra por el poder y atribuía las informaciones a una especie de conspiración de los medios de comunicación y los poderes económicos para acabar con Podemos. Hay guerra, vaya si hay guerra.