El discurso de Diego Torres es frío, calculado y sólido. Denotan sus palabras una importante formación, porque conoce con detalle tecnicismos económicos y el conjunto del sumario. Siempre hasta donde le interesa. La segunda jornada del interrogatorio al exsocio de Urdangarín ha fortalecido esta percepción. La magistrada que preside el Tribunal, Samantha Romero, pedía respeto al fiscal Pedro Horrach cuando ha retomado el cuestionario por la mañana. Rebajado el tono respecto al martes, la sintonía se ha mantenido con Dolores Ripoll, la siguiente en conducir las preguntas al acusado en nombre de la Abogacía del Estado. El tensiómetro solo se ha alterado puntualmente, dada la tranquilidad de la última acusación en intervenir, la abogada de las Islas Baleares, María Ángeles Berrocal, que continuará este jueves con el interrogatorio.
La declaración se ha reanudado este miércoles con 50 minutos en los que el acusado ha desmenuzado distintos correos para certificar que las facturas se corresponden con trabajos realizados. Una exposición autónoma, sin preguntas, nada habitual en los juicios ordinarios. Ya manifestó su intención de buscar refugio en el hecho de que asesores cercanos al Rey Juan Carlos hubieran supervisado sus actividades en Nóos. Como novedad, Torres ha criticado este miércoles una persecución de Hacienda contra su persona.
"¿Ser ahorrador es un delito?" Le ha replicado a la abogada del Estado, Dolores Ripoll, madre del "Hacienda no somos todos". Se refería a las portentosas ganancias que ha acumulado a lo largo de su trayectoria, que la acusación vincula con negocios ilícitos: "Yo ingresé 842.000 euros de consultoría en 2002. Con don Iñaki tuvimos grandes beneficios. En 2008 capté clientes nuevos con Gas Natural, BBVA y Telefónica y todo lo que ganaba lo repartía como dividendo para hacer frente a las hipotecas".
Instituto Nóos
En este segundo asalto, el fiscal ha preguntado por una cuestión central: la naturaleza del Instituto Nóos. Según Torres, es "un grupo de profesionales interesados en las tareas de patrocinios para colaborar en proyectos conjuntos, cada uno factura los honorarios cuando tiene que facturarlos. Por las tareas asociativas y ser presidente se cobra".
El juez que instruyó la causa desde 2011, José Castro, consideró que Nóos funcionaba como el supuesto epicentro de una red de corrupción para el desvío de fondos públicos y fraude fiscal. Al frente del mismo se colocaron el duque de Palma como presidente y Diego Torres en calidad de vicepresidente. Desde el acto de fundación en Barcelona, se constituyó como una asociación sin ánimo de lucro para la promoción de actividades deportivas y culturales. Torres lo ha reiterado ante el Tribunal: "No cobraba nada del Instituto Nóos, cobraba mis honorarios. No tenía salario. Urdangarin hacía exactamente lo mismo, como todos".
La cuerda se tensa cuando la acusación plantea que el Instituto Nóos facturó beneficios millonarios sin trabajadores en nómina. Torres acude siempre a la naturaleza de Nóos, cuya misión sería reunir especialistas para desarrollar los contratos adjudicados y no necesitaba empleados más que para ejecutar labores administrativas. El acusado ha intentado acreditar que existió un comité científico con expertos que participaron de manera genérica en los convenios.
"Caja Iñaki"
El instituto trabajaba con una filosofía de transferencias cruzadas en las que cada colaborador facturaba sus honorarios. Un sistema ilegal para la acusación, que habla de contratos inflados, facturas falsas y empresas pantalla; y absolutamente lícito y profesional para Diego Torres. Solo ha reconocido una irregularidad cuando el fiscal se ha referido al duque de Palma. Un "error contable", según el declarante, en una factura con concepto "Caja Iñaki" destinada a pagos pendientes que jamás se llegó a cobrar. Sin embargo, Torres ha matizado que este movimiento se ha solventado con Hacienda a través de una "declaración complementaria" o regularización.
Antes de esclarecer esta cuestión, el acusado ha afirmado que Iñaki Urdangarín le prestó dinero para pagar su vivienda de más de un millón de euros. En base a su versión, cuando compró su nuevo domicilio atravesaba una situación complicada de liquidez y el monto era elevado. Torres acudió a diferentes bancos pero consideró desorbitadas las condiciones que le ofrecían para el denominado préstamo puente. Su entonces socio, el duque de Palma, habría puesto a su disposición una financiación que más tarde, según el declarante, fue devuelta con intereses.
También ha diferenciado las labores en el Instituto Nóos: "Todo el tema académico, central en las cumbres, lo dirigía yo. Urdangarín fue profesor asociado de la escuela de negocios pero no tenía mi experiencia. Cuando había que contactar con autoridades deportivas lo hacía él". Funcionan así hasta que le vende su parte en 2007: "El abogado del Rey no veía claro que Urdangarín siguiese en el Instituto Nóos pero no tenía inconveniente en que siguiese como socio de Nóos consultoría. Yo no lo ví tan claro. Hicimos una valoración y se estimó el precio". La relación se mantuvo, "lo llamábamos porque sabíamos que estaría triste", hasta que se produjo una fricción a raíz de una colaboración de Torres para la empresa Aizoon, propiedad de los duques de Palma.
La Casa Real
También ha cuestionado Horrach el convenio entre la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social de Iñaki Urdangarín y Diego Torres con la Fundación Madrid del Ayuntamiento de la capital para el posicionamiento de la candidatura olímpica Madrid 2016. Según la postura del declarante, otra vez, todo legal: El asesor jurídico del rey Juan Carlos, "José Manuel Romero participaba en las reuniones de mecenazgo de la Fundación y en la reunión en la que se presenta un powerpoint en el que se explica el estado de las conversaciones con Madrid 2016 y a Romero le pareció estupendamente".
El exsocio de Urdangarín ha desvinculado de las actividades del Instituto Nóos a las esposas: a su mujer, Ana María Tejeiro, y a la Infanta Cristina, ambas acusadas. Pero como lleva haciendo desde que fue imputado, quiere involucrar a la Casa Real. Lo ha demostrado de nuevo este miércoles al insistir en que rendía cuenta de sus actividades a dos asesores del Rey Juan Carlos, el anteriormente citado y Federico Rubio, el que le hacía el informe a Don Juan de Borbón padre para que le dejase la herencia en Suiza al Rey Juan Carlos para pagar menos impuestos".
Torres ya sostuvo este martes que Corinna, la amiga del monarca, animó a Nóos a crear una sociedad opaca en Londres a sabiendas del antiguo jefe del Estado.
Delito fiscal a toda costa
"Deseo que concretemos cuanto ante lo de las facturas falsas porque tengo unas ganas locas de rebatir que no son falsas", ha repetido constantemente el exvicepresidente de Nóos. Diego Torres ha delimitado las especializaciones de cada una de sus sociedades. Pero la abogada del Estado, Dolores Ripoll, le ha encerrado en el cruce de 425 facturas entre empresas vinculadas al Instituto entre 2004 y 2008 por valor superior a ocho millones de euros.
"Hasta finales de 2009 yo soy un voluntario de la fundación Cultura, Deporte e Integración Social", afirma Torres. "Hacienda me imputa todos los ingresos de la fundación Cultura, Deporte e Integración Social" de la que asegura que solo fue voluntario hasta 2009, "para imputarme un delito fiscal". La imperturbable tranquilidad del acusado solo se ha quebrantado en este momento: "¡Entonces soy culpable de haber creado muchas empresas!".
En el capítulo del no sé, Torres ha admitido que Nóos compró tres inmuebles en Palma de Mallorca, que luego fueron alquilados a sus propias sociedades y que, a su vez, los alquilaron a inquilinos. Dice desconocer el porqué de estas decisiones.
Los duques de Palma
Y así ha concluido la décima sesión del juicio del Caso Nóos. Con la abogada del Gobierno de las Islas Baleares algo encendida, advirtiendo de que este jueves sacará todos los documentos de la organización de los Illes Balears Forum de 2005 y 2006. Dos de los hermanos de Urdangarín, Mikel y Clara, han asistido a esta jornada para seguir el interrogatorio de Diego Torres. Probablemente no verán mañana la declaración de su pariente, puesto que aún le queda cuerda al primero de los principales acusados. A la Infanta Cristina, que también puede ver retrasada su comparecencia, lo que le queda conforme pasan los días es más aire.