El pacto entre Junts pel Sí, la plataforma de CDC y ERC, y la CUP ha cumplido un mes y en lugar de soplarse una vela, el sector más aguerrido de la formación antisistema ha emitido un extenso comunicado en el que afirma que "la CUP puede y debe decir alto y claro que tiene la llave para asegurar el ejercicio efectivo de la autodeterminación y que en el momento en el que considere que los pasos hacia la independencia son en realidad caminar en círculos para perpetuar el procesismo, provocará la caída del gobierno".
En la CUP se observan con sumo recelo los primeros movimientos del nuevo ejecutivo autonómico, que está más volcado en asegurar jurídicamente cada una de sus acciones que en aplicar el plan de choque de la agrupación antisistema. Las tensiones han llegado al punto de que Endavant (Adelante), el sector duro de la CUP, emitió una nota que este martes ha sido replicada por la portavoz del Govern, la consejera Neus Munté. "Nosotros no hemos pactado con un sector de la CUP, sino con la CUP", respondió inquirida por el duro texto de los antisistema.
Las primeras tensiones entre el ejecutivo de Puigdemont y la CUP se produjeron en la comisión de economía ante la que compareció el vicepresidente y consejero del ramo Oriol Junqueras, a la sazón líder de ERC. La diputada cupera Eulàlia Reguant exigió el impago de la deuda como "muestra de soberanía", pero Junqueras no se mostró por la labor dado que el principal prestamista de la Generalidad es el Estado y "no se puede dejar de pagar a quien te presta dinero para poder funcionar". El pragmatismo gubernativo colisiona con el afán rupturista de la CUP, en cuyos planteamientos se incluye no sólo la desobediencia sino la "lucha en la calle", tal como se puede comprobar en su balance del primer mes de gobierno autonómico. De ahí que sus líderes hayan alumbrado un documento en el que se afirma: "Ante la absorción de buena parte del soberanismo por CDC, la izquierda independentista y el conjunto de movimientos populares deberá promover movilizaciones populares frente a cualquier política dilacionista, procesista y regresiva".
El análisis político de Endavant no sólo deja claro sus principios sino el futuro de la legislatura, que no podrá avanzar salvo que se produzcan actos de desobediencia explícitos. En su lenguaje, CDC es la "derecha regionalista", Mas, la "reina madre", Puigdemont y ERC no existen y TV3, un "instrumento del autonomismo que ha forzado una campaña de acoso sobre las mujeres del grupo parlamentario de las CUP".
Dadas las consideraciones de Endavant, la legislatura se prevé más que accidentada y convulsa. El sector de Gabriel ha acuñado el "procesismo", una forma autonómica de marear la perdiz que no está dispuesta a permitir. Si el sector de Anna Gabriel se impone en el seno de la CUP, como ya se impuso hasta forzar el "paso a un lado" de Mas, la legislatura será breve, un puro trámite.
Primer aviso de la CUP a Mas y Puigdemont: "Si caminan en círculos, caerá el gobierno"
El sector encabezado por Anna Gabriel intenta marcar la agenda separatista y considera "papel mojado" las cláusulas del pacto que "humillan" a la CUP.
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