La sintonía entre Pedro Sánchez y Albert Rivera es plena, pero más allá de las discrepancias sobre el contrato único o el entendimiento con Podemos que pretende el PSOE, y al que se niega Ciudadanos, lo que les separa es la falta de diálogo con el PP. La petición de Rivera en una reunión que se prolongó durante una hora y media, Sfue que Sánchez debe llamar al presidente del PP, Mariano Rajoy. Llamada que se producirá el lunes, fuera de la ronda de negociación del candidato porque en sus palabras "dialogar no es negociar". En rueda de prensa, el líder del PSOE insistió en que "hay espacios comunes donde PSOE y Ciudadanos se pueden entender", pero no con el PP. Previamente, su interlocutor de Ciudadanos abogó porque se retirasen "las líneas rojas" que el PSOE ha puesto sobre un partido, el PP, con más de siete millones de votos.
"No habrá acuerdo hasta que no termine la guerra fría entre PP y PSOE", dijo Rivera. Sánchez no quiso recoger el guante. "El PP ha sido claro su posición política y yo la respeto" dijo el líder del PSOE "sorprendido" por la información del diario EL MUNDO que apunta a conversaciones entre PP y PSOE para lograr la abstención del PP en un Gobierno del PSOE con el apoyo de Ciudadanos. "Me sorprendió esa información". Dejó claro que "la regeneración política pasa por que el PP pase a la oposición" y que el "presidente del Gobierno en funciones dimita y pase a ser pasado en la política España".
Así las cosas, Sánchez sigue negándose a entablar una conversación con el PP a quien recibirá, tras una conversación con Rajoy que deja para el lunes, por detrás de partidos minoritarios del Grupo Mixto como Coalición Canaria y Nueva Canarias.
"Sintonía plena"
Al menos en los aspectos formales, antes, durante y después de su primer encuentro una vez que el Rey propusiese al líder del PSOE como candidato a la investidura. Ambos aparecían juntos y puntuales a las once de la mañana en las dependencias del grupo socialista en el Congreso de los Diputados, con traje y corbata (roja la del líder de Ciudadanos), y tras un breve paseo por unos pasillos con retratos de históricos socialistas como Pablo Iglesias, Juan Negrín o Felipe González.
Tras una hora y media de conversación comparecían consecutivamente en una abarrotada sala de prensa de la cámara baja. Sánchez, evidenciando de nuevo la sintonía, aseguraba que Rivera había "explicado muy bien" los puntos principales del acuerdo que desde este viernes por la tarde van a negociar los equipos de trabajo socialista y centrista, liderados respectivamente por Antonio Hernando y Juan Carlos Girauta.
De lo que no se ha hablado en la reunión es de la idea inicial de Ciudadanos de que el presidente del Congreso sea de distinto color político al del Gobierno, algo que no se cumpliría si Sánchez, compañero de filas de Patxi López, fuese investido. Entrevistado en los informativos de esRadio, uno de los negociadores de Ciudadanos, su portavoz adjunto José Manuel Villegas, ha dejado claro que no han cambiado de opinión porque "es bueno que el presidente de las Cortes sea de un partido distinto para que se visualice la distinción entre ejecutivo y legislativo".
Los 'cinco ejes'
La mesa de diálogo entre socialistas y centristas tendrá cinco ejes relativos a las políticas sociales y la lucha contra el desempleo, a la corrupción, la reforma constitucional, la economía y la política fiscal y, por último, lo relativo a la construcción europea, donde PSOE y Ciudadanos van a pedir una comparecencia monográfica del presidente en funciones, Mariano Rajoy, para consensuar una postura "de Estado" como subrayaba Rivera, sobre el referéndum de salida de la UE que plantea el primer ministro británico, David Cameron.
Pero de entre esos cinco puntos, donde sorprendentemente se deslinda el empleo de la economía, habrá dos prioritarios, atendiendo a la preocupación de la ciudadanía: la lucha contra el paro y la lucha contra la corrupción. Con su gurú Luis Garicano presente en la sala, Rivera era preguntado por su propuesta estrella del contrato único, fuertemente criticada por Sánchez durante la campaña. El líder centrista trataba de limar asperezas: "Hay un criterio común, ya les avanzo, la precariedad laboral, es un diagnóstico compartido, entre nosotros y seguramente entre los votantes del PP y de Podemos. Es el primer problema de España, y no vale decir ‘o se hace lo que yo digo o no se hace nada’". La misma actitud adoptaba al ser preguntado por las críticas de Sánchez a su propuesta fiscal durante uno de los debates electorales: "No hemos hablado de lo que nos dijimos en los debates".
Lo que sí volvía a dejar claro Rivera es que en el PSOE no pueden hacerse ilusiones con sumar, al mismo tiempo, el apoyo de Ciudadanos y de podemos, vía sí o vía abstención. El presidente de Ciudadanos reiteraba por vez enésima su incompatibilidad con Pablo Iglesias para gobernar (otra cuestión será llegar a acuerdos legislativos com, por ejemplo, en la reforma de la Ley Electoral) y añadía: "El señor Sánchez sabe lo que pienso sobre eso y sabe que Ciudadanos no va a ser compatible, no con Pablo Iglesias ni Podemos, sino con la ruptura de España o con la salida del marco económico y social que nos ha dado prosperidad y libertades en los últimos cincuenta años".