Bajo el lema "El proceso nos roba", la entidad cívica "Sociedad Civil Catalana" (SCC) ha convocado para este domingo una concentración en la plaza de San Jaime de Barcelona, sede del Ayuntamiento de la capital catalana y de la Generalidad. El comienzo del acto está previsto para las doce del mediodía y tanto Ciudadanos como el PP se han sumado a la convocatoria. También está prevista la presencia de numerosos representantes del PSC, dirigentes y militantes socialistas que ya han apoyado a SCC en anteriores ocasiones, como Joan Ferran, Josep Borrell o David Pérez, entre otros. Sin embargo, el partido socialista ha declinado apoyar oficialmente la protesta.
La organización contraria al proceso separatista pretende responder así a los sucesos de los últimos meses en Cataluña, el cambalache entre "Junts pel Sí" y la CUP que le ha dado a Carles Puigdemont la presidencia de la Generalidad. Rafael Arenas, presidente de la entidad, ha declarado que el proceso "lastra la convivencia y la economía". Según Arenas, el independentismo "ya ha fracasado" tras las últimas elecciones, en las que se quedó a dos puntos del cincuenta por ciento de los votos. Tras un lustro de intensificación de la propaganda y el adoctrinamiento nacionalista, esos resultados son una derrota, según SCC. Sea como fuere, Arenas también pone el acento en que la respuesta ante el desafío nacionalista no puede depender sólo de las instituciones del Estado sino que debe tener un correlato en la calle.
El historiador y vicepresidente de Sociedad Civil Catalana, Joaquim Coll, manifestó durante la presentación del acto que están llamados "todos los catalanes para decir "#ProuProcés" (Basta de Proceso) porque nos roba los recursos y las oportunidades, porque nos hace daño como sociedad y atenta contra la democracia y el Estado de Derecho".
Coll también ha denunciado que el independentismo no dispone ni de "legitimidad ni legalidad" para llevar a cabo la ruptura con el resto de España. No tiene mayoría y "se retroalimenta a través de un sistema mediático y asociativo que sólo vive de eso", afirmó.
La última vez que la plaza de San Jaime registró un lleno total fue durante la fiesta de la Virgen de la Mercé, fecha en la que el Ayuntamiento desplegó una estelada y el dirigente del PP Alberto Fernández respondió colocando una bandera española en el balcón principal que Gerardo Pisarello, el segundo de Ada Colau, le intentó arrebatar sin éxito. Con anterioridad, la plaza también se llenó de seguidores de Ada Colau para celebrar su nombramiento como alcaldesa. En cambio, la investidura de Carles Puigdemont fue un fracaso de público. Sólo se concentraron unas 150 personas, muchas de ellas procedentes de Amer, localidad natal de Puigdemont, vástago de la familia de los pasteleros del municipio gerundense de la comarca de La Selva.