El incendio se ha originado en la segunda planta, donde los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid han encontrado posteriormente disolventes y productos químicos que podrían estar relacionados con el incendio.
Al producirse el fuego, tres personas que estaban durmiendo en la cuarta planta se han despertado e intentado sofocar el incendio. A ello se han unido dos agentes de la Policía Municipal, los primeros en llegar hasta el lugar. Cuando se encontraban en estas labores de extinción, se ha producido una deflagración que ha causado que el fuego se extendiese por la planta.
Han llegado entonces cinco dotaciones de bomberos, que han logrado sofocar las llamas de la segunda planta y evitar que se propagase a alguna de las otras tres plantas del edificio.
Efectivos del Samur-Protección Civil han instalado un hospital de campaña en la esquina entre la calle Espada y la calle Juanelo, donde atienden a los heridos suministrándoles oxígeno, y se prevé que sean dados de alta en el lugar.
Se da la circunstancia de que la plataforma del barrio de Lavapiés ha denunciado en escritos dirigidos a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, el comportamiento "incívico" de los okupas del edificio incendiado, con ratas, ruidos y excrementos arrojados por las ventanas.
Aunque la plataforma explicaba en un comunicado esta semana que el inmueble pertenecía al Ayuntamiento por "impagos acumulados de impuestos", fuentes municipales han desmentido este extremo y afirman que se trata de una propiedad privada de la que nunca ha sido titular el Consistorio.
Los vecinos aseguraron que en el 2014 el edificio fue declarado en ruinas, y el Ayuntamiento rehabilitó el tejado y apuntalaron partes del edificio "en riesgo de derrumbe". Tras la rehabilitación, el inmueble fue okupado, lo que ha generado "graves molestias" para los vecinos. Así, dicha plataforma asegura que había un exceso de ruidos nocturnos, sobre todo producidos por "la música a todo volumen", con lo que "impiden el descanso de los vecinos".
En este sentido, han asegurado que la Policía Municipal ha acudido "varias veces" para pedirles que bajen el volumen de la música pero no ha habido "ninguna respuesta".
Por otra parte, los vecinos de Lavapiés afirmaron que los okupas "cogen la luz de la calle" y que sus excrementos "los depositan en bidones que sacan por la noche, depositándolos en un rincón de la calle". Además, aseguran haber visto cómo han llegado a arrojar sus excrementos por la ventana.
De igual modo, la plataforma vecinal criticó la presencia de ratas y la "nula salubridad del edificio y sus inmediaciones", ya que los okupas "comen y cenan en la acera, sin tirar los desperdicios a la basura".