Inés Arrimadas (Jerez de la Frontera, 1981) aparece a las diez de la mañana en Atocha, dispuesta a un maratón de entrevistas en la capital y sin rastro visible del madrugón al que obliga el AVE. Sentada en una terraza, junto al jardín de la estación, atiende durante media hora las preguntas de Libertad Digital sin tomar ni un vaso de agua y sin mostrar perturbación o distracción por nada ajeno a la entrevista. La portavoz de Ciudadanos en el Parlament tiene un reto no menor en las filas naranja: sustituir a Albert Rivera como líder en Cataluña.
Constituida la coalición electoral entre CDC y ERC, ya se habla de que estarían planteando una ley de "transitoriedad" para alcanzar la independencia.
Es una situación esperpéntica. Ciudadanos quiere poner un poco de sentido común. Los nacionalistas hablan de que Cataluña tiene que desconectar de España pero yo creo que ellos han desconectado de la realidad hace mucho tiempo. Esto no es bueno ni para la economía ni para la convivencia entre catalanes ni para la relación entre los catalanes y el resto de españoles. Tenemos una situación incluso de inseguridad jurídica, pues ahora mismo muchos empresarios no saben a qué atenerse para los próximos años. Hay una bajada de inversiones y también cambios de sedes de empresas que se trasladan de Barcelona a Madrid. Tenemos que aprovechar el 27 de septiembre para ganarles en las urnas y cambiar esta situación. Necesitamos un Gobierno sensato, que respete los valores legales y constitucionales.
Pero para eso no bastará con los escaños de Ciudadanos.
Llevamos mucho tiempo pidiendo sumar después de las elecciones. El PSC se tendrá que mojar de una vez, le tendrá que decir a los catalanes y al resto de españoles, y sería bueno que lo hiciese Pedro Sánchez, si prefiere dejar que gobiernen los separatistas o ir de la mano de los populistas o si, en cambio, apuesta por un proyecto constitucionalista que combata la frustración y el malestar que hay en la sociedad catalana.
Nosotros, que somos mucho más jóvenes como partido, ya hemos demostrado capacidad de diálogo y acuerdo con las dos fuerzas constitucionalistas. Además, todas las encuestas nos sitúan por delante. Por tanto estamos preparados para liderar el cambio.
Mariano Rajoy ha dicho que no habrá independencia de Cataluña y su ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha afirmado que la Abogacía del Estado estará muy pendiente del decreto de convocatoria de las elecciones, que los nacionalistas pretenden plebiscitarias. Se lo pregunto también como jurista que es: ¿Habrá materia en ese decreto para actuar?
Evidentemente no conozco cómo será ese decreto. Pero mire, la figura de las elecciones plebiscitarias no existe en democracia, es así de sencillo. Si me pregunta mi opinión personal, no creo que vayan a introducir algo que permitiese anular las elecciones.
Pero vuelvo a insistir, ellos ni siquiera están en el plano de la legalidad, sino en el de la ficción. Creen que una victoria electoral les legitimaría completamente, pero no es así.
El Periódico de Catalunya dice que el acuerdo entre Artur Mas y Oriol Junqueras podría extenderse a las elecciones generales. ¿Cómo analiza la llamada lista unitaria desde el punto de vista político?
Es una estrategia de Mas para tapar su figura, que está muy desacreditada, y las siglas de su partido, manchadas de corrupción. Con este montaje impedirá que yo le pueda preguntar cara a cara, en un debate electoral, por qué tiene quince sedes embargadas por corrupción, entre otras cuestiones como Spanair o la deuda. Su gestión ha sido un desastre.
En la última encuesta de Feedback para La Vanguardia había un dato interesante sobre los votantes de Ciudadanos. Además de a usted y a Albert Rivera al único líder que aprobaban era a Josep Antoni Duran Lleida, algo que se produce en el contexto de la histórica ruptura de Unió con Convergencia. Se especula con el trasvase de votos hacia Ciudadanos e incluso de una futura entente.
Hasta hace dos días, Unió estaba defendiendo el 9-N y dando aliento al Gobierno de Más con ERC. Ahí estaba la señora vicepresidenta [Joana Ortega] que es de Unió. A mi no me van a convencer de que ahora son buenos. Lo que se ha hecho durante años no se borra con dos días de declaraciones.
En esa encuesta se evidencia el que es uno de sus hándicaps como candidata, el hecho de que sea la menos conocida por los catalanes.
Pace lógico que conozcan menos a quien como yo lleva dos años y medio en política que a gente como Iceta [Miquel] que lleva treinta, Mas, que lleva toda la vida o Junqueras, que también lleva años. Pero tengo un gran equipo detrás y una marca electoral muy buena, porque nuestro proyecto lo ha sido. Los catalanes conocen perfectamente a nuestro partido, nuestro proyecto integrador y cómo hemos hablado claro en la oposición.
Aclárenos su postura sobre la financiación autonómica.
No es mi postura, es la del partido. Somos los únicos que tenemos una visión a nivel nacional. Hay que reformar el sistema pensando en toda España y garantizar la suficiencia financiera de los servicios básicos, que mejore la coordinación entre autonomías, cosa que ahora no ocurre ni por asomo, y que tenga también unos mecanismos de control mínimo de gastos. No sólo hay que tener en cuenta la población, también el coste por habitante de los servicios. Esos son parámetros objetivos para garantizar la financiación de la Sanidad y la Educación. Eso es lo que funciona en otros países federales de la UE. También requiere de la reforma del sistema fiscal, manteniendo como es obvio la solidaridad, como ocurre en cada comunidad entre quienes pagan más y menos impuestos. Yo me he dedicado siempre a cuestiones técnicas, y le digo que es una evidencia que el sistema de descentralización en España no ha ido acompañado de una correcta financiación de esos servicios.
¿Cuándo tomó la decisión de presentarse?
La fui madurando, fue muy importante que muchos militantes me animasen a ello. En los momentos importantes hay que dar un paso al frente.
Usted es culé. ¿Qué le parece el pronunciamiento soberanista unitario de los candidatos a la presidencia del Barcelona?
La politización del deporte es siempre una mala noticia. No se dan cuenta de que el Barça tiene seguidores en toda España y en todo el mundo.
Hay rumores, de los que se han hecho eco columnistas influyentes como Raúl del Pozo o Ignacio Camacho, de que la estrategia de Ciudadanos después de las elecciones generales pasaría -aritmética mediante- por facilitar un Gobierno del PP pero obligando a que Mariano Rajoy no fuese el presidente del Gobierno.
No se ha concretado ninguna estrategia en ese sentido. Seremos coherentes con nuestra política de pactos. Quien quiera nuestro apoyo tendrá que cumplir una serie de requisitos y comprometerse a impulsar reformas para regenerar nuestra democracia. Me cuesta ver que Rajoy vaya a ser quien introduzca esos cambios pero le insisto en que no hemos concretado nada.
¿Y Pedro Sánchez?
Le veo con muchos de los tics del PSOE de toda la vida, donde sigue habiendo pesos pesados que marcan el camino. Cuando le escucho hablar de Cataluña me da la impresión de que no tiene las ideas claras, ni a nivel territorial, ni a nivel constitucional ni a nivel lingüístico.
Se va a ampliar la Ejecutiva de Ciudadanos, a la que usted pertenece.
Yo no voy a hablar de nombres, de hecho creo que ni siquiera está del todo definido. Pero lo cierto es que nuestro partido ha crecido mucho los dos últimos años y nuestra Ejecutiva esta elegida en 2011, por lo tanto responde a la estructura que teníamos en Cataluña. La ampliación es lógica y conveniente.