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Lozano y Herzog se enzarzan en el debate de candidatos

Los cuatro aspirantes a suceder a Rosa Díez debaten ante un centenar de militantes en Madrid

A una semana de la votación que elegirá al sucesor de Rosa Díez como líder de UPyD, los líderes de las cuatro candidaturas: Andrés Herzog, Irene Lozano, José Antonio Rueda y Julián Domínguez, han debatido ante un centenar de afiliados en Madrid, moderados por el exdiputado en la Asamblea madrileña, Enrique Normand. El debate ha puesto de manifiesto la tensión acumulada durante el curso más difícil de la historia de la formación, en el que las siglas magenta han pasado de representar un partido al alza a otro en serio peligro de extinción, como los cuatro contendientes han reconocido en diferentes momentos de sus intervenciones.

Frente a la voz de las bases, que pretenden representar las candidaturas de Rueda y Domínguez, Herzog ha representado la continuidad con el proyecto de Díez, aunque sin renunciar a marcar distancias, y Lozano la renovación, aunque reconociendo desde el primer minuto "el trabajo de Rosa Díez y Carlos Martínez Gorriarán" para impulsar el partido hace casi una década. Todos han pedido unidad e, incluso, como ha hecho Lozano, "que nunca más nos insultemos en Twitter". Una unidad que se han comprometido a escenificar en la marcha del Orgullo Gay en Madrid.

Pero lo cierto es que las chispas entre Herzog y Lozano, sentados en los dos extremos de la mesa, no han tardado en saltar. La diputada ha lamentado que el partido malgaste recursos "en espiar a compañeros del partido" y ha mostrado su sorpresa de que Herzog lamentase en el debate la dimisión de varios miembros del Consejo de Dirección tras las elecciones andaluzas de marzo: "Me sorprende lo que dices, Andrés, cuando en aquella reunión dijiste a los diez minutos que el que no estuviese de acuerdo ya sabía dónde estaba la puerta". Entre el público escuchaba atentamente otro de los dimitidos e integrante de la candidatura de Lozano, Luis de Velasco, así como miembros de la candidatura de Herzog como el diputado en Euskadi Gorka Maneiro o dirigentes del partido como la eurodiputada Beatriz Becerra.

Aunque en la primera hora del debate ni se le mencionaba por su nombre, la sombra de Ciudadanos ha presidido toda la discusión, si bien los cuatro aspirantes han dejado claro que se trata de formaciones distintas. Aceptando eso, Lozano ha matizado que, sin embargo, "nuestro votantes son muy parecidos". Herzog, en cambio, ha repetido varias veces ante los afiliados: "Que nadie os diga que nuestro futuro pasa por unirnos a otro partido".

Ausente en la sala, el número dos de Lozano, Toni Cantó, ha sido objeto de muchos de los reproches escuchados por abandonar su candidatura a las autonómicas en Valencia, para la que fue elegido a final de 2014 en primarias. Ni siquiera su cabeza de lista cerraba del todo filas con él, apelando a que ella no hubiese actuado igual "yo soy una persona de palabra, pero entiendo que las circunstancias habían cambiado". Echando mano del retrovisor, Lozano ha lamentado que el partido no leyese el cambio que reflejaban las elecciones europeas de mayo de 2014, cuando a su juicio se tenía que haber renovado el liderazgo -así lo hizo el PSOE- y haber gestionado de otra manera la relación con Ciudadanos. "Yo fui la primera que me equivoqué en la polémica con Francisco Sosa Wagner, los dirigentes de UPyD deben ser ejemplares y yo no lo fui". Para Lozano, en una frase lapidaria: "Roza la indignidad definirse como partido rente a otro partido". Al mismo tiempo, ha negado haber mantenido contactos con el partido de Albert Rivera: "Juro que no he negociado con ellos".

El próximo sábado los militantes de UPyD elegirán a uno de los cuatro como su líder. Habrá urnas en todas las capitales de provincia y se celebrará un acto central en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. UPyD no obtendría representación en las próximas elecciones generales, según todas las encuestas y su situación económica, pese al ERE ejecutado hace unas semanas, es muy grave, como han reconocido todos los candidatos. Entre la subvención por el grupo en el Congreso de los Diputados y las cuotas de afiliados el partido apenas reúne 100.000 euros mensuales, mucho menos que los que hace poco eran sus principales competidores electorales.

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