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Sor Lucía se presenta como la "monja cojonera" para hacer campaña con Mas y Trias

Caram, dominica y de Tucumán, pasa del Vaticano y apoya a CiU y el "derecho a decidir" en un mitin de Trias y Mas.

Sor Lucía Caram es monja de clausura, dominica de vida contemplativa, pero todo ello a tiempo parcial. Ahora es el nuevo banderín de enganche de Artur Mas y Xavier Trias, el alcalde y alcaldable convergente. La monja, ferviente culé, cocinera televisiva y activista social fue nombrada "catalán del año" por El Periódico de Cataluña y ahora es la referencia informativa de La Vanguardia, que ha aireado que fue llamada a capítulo en la Santa Sede por el secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, franciscano español José Rodríguez Carballo.

La religiosa fue reconvenida por su sobreexposición mediática, pero lejos de atender a razonamientos, sor Lucía atiende a los medios con afición y desparpajo. Y Artur Mas ha rematado el centro de La Vanguardia con unas singulares declaraciones a la emisora de la Iglesia en Cataluña, Ràdio Estel, en las que sugiere fuertes presiones contra la monja: "Alguien desde Madrid, no sé si del Estado, debe mover algún hilo para poner el dedo en el ojo a Sor Lucía Caram, podéis estar seguros". Al presidente de la Generalidad no le extrañaría incluso "que el Estado español estuviera por el medio", dado que Caram es partidaria del "derecho a decidir" y sus opiniones, siempre según Mas, "molestan".

El portavoz de Mas, Francesc Homs, lo tiene aún más claro y apunta al ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, como "mano negra" del Estado en el Vaticano. El nuncio en España, Renzo Fratini, tampoco sería ajeno a estas "maniobras". Para acabarlo de adobar, sor Lucía ha dejado caer que antes del 9-N recibió amenazas de muerte. "Te llenaremos la cabeza de plomo", dice que le dijeron, pero no ha aclarado si fue en persona, por Twitter, carta o whatsaap.

En este ambiente, sor Lucía ha desafiado al Vaticano, al obispo y al arzosbispo y se han plantado este miércoles en un acto electoral de Trias en Barcelona, sentada entre el alcalde y el propio Mas, con la excusa de debatir sobre la pobreza y exigir soluciones a los políticos. La conclusión fue que con un Estado propio en Cataluña hasta los pobres vivirían mejor. Nada más empezar a hablar sor Lucía se definió a sí misma como una "monja cojonera" entre palmotadas y risas de sus acompañantes y el público.

La monja Caram, originaría de Tucumán, Argentina, rivaliza en seguidores separatistas con otra religiosa, la benedictina Teresa Forcades, también dedicada a la vida contemplativa según los rigores de su orden, pero que pretende encabezar la candidatura de Podemos en Cataluña en las próximas autonómicas. En estas municipales, Forcades apoya a Colau, la principal rival sobre las encuestas de Trias, por lo que se han cruzado varios reproches.

Forcades ya ha anunciado que pedirá una "excedencia" mientras lidera un partido llamado "Procés Constituent" al que sumaría a Podemos, Colau, los verdes y grupos antisistema separatistas. En previsión de la rivalidad electoral, Mas y sus medios jalean a Lucía Caram como antídoto frente a Forcades. La benedictina también ha sido advertida por el Vaticano, pero en ese caso Mas y Homs no dicen nada del Estado.

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