El Mundo abre con el problemón de Grecia. "El FMI quiere desmarcarse de futuros rescates a Grecia". Claro, como todo Dios. Por estos lares cuenta el periódico que "el 15-M llama a tomar Sol la jornada de reflexión para jalear las tesis de Podemos". Dice el editorial que el movimiento indignado hizo un gran servicio a la democracia y tal, y tal, pero que "sería ingenuo obviar que las bases más activas del 15-M proceden de la izquierda radical, despejando este término de su connotación peyorativa". ¿Y cómo se despoja el término radical de su connotación peyorativa? Dice que la jornada de reflexión puede ser "anacrónica, pero mientras la ley lo recoja debe cumplirse y la Junta Electoral tiene que evitar que nadie juegue con ventaja". "El 15-M no puede utilizar la jornada de reflexión en beneficio de Podemos" porque sería trampa, viene a decir. ¿Y quién es el 15-M, si puede saberse?
Arcadi Espada le pega cuatro leches a Rivera por la payasada de la edad. "Dijo que la regeneración política solo podrían traerla las personas que habían nacido en democracia. Jóvenes como él, por así decirlo". Nada de atenerse a "criterios de razón, de eficacia o de sentido político, sino solo de edad mental (…) Hay muchas posibilidades de que estando en la edad siniestra de la juventud y militando en la perversión banal del adanismo uno proyecte alguna fe en ese vidrioso concepto de la regeneración", pero "en democracia, el sistema ni se deroga ni se vota. El reset regeneracionista es la pura reacción. Mas que del Ibex, se corre el riesgo de acabar siendo el vacuo partido de El Corte Inglés". Se está luciendo Rivera últimamente, a ver si se centra un poco.
El País dice que "el PSOE centra sus opciones de victoria en las autonomías" porque "será muy difícil tener el control de grandes ciudades y capitales de provincia". Más pesados que una vaca en brazos vuelve erre que erre con que hay que pactar, y hay que pactar y hay que aprender a pactar... Al tema le dedica una página entera "por una cultura del pacto" firmada por Fernando Vallespín y José Luis Delgado y el editorial. "Llegar a acuerdos". Dice que en Andalucía "estamos asistiendo a un diálogo de sordos para negociar la investidura de la candidata que más votos ha obtenido". A ver si defienden con la misma pasión que Esperanza Aguirre gobierne en Madrid. "El ejemplo que están dando los cuatro partidos más votados en Andalucía no es el mejor para los millones de españoles aún indecisos sobre su voto el próximo 24 de mayo. Hacer política es elegir escuchando lo que piden los electores; y pactar es, hoy por hoy, un activo para ganar votos en ese amplio caladero que va del centro-derecha al centro-izquierda, el espacio por el que pugnan PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos. Hay que pactar". A sus órdenes, sólo faltaba.
Felix de Azúa nos cuenta el drama de Iglesias. "Pablo hubo de romper con su novia, a la manera de Abelardo y Eloisa, porque sus cadenas eran enemigas aunque ambas fueran comunistas. Luego perdió a su mejor amigo, el cual le abandonó por motivos morales, como en las series inglesas. Hemos visto el dolor pintado en la cara de Tania y los arrumacos del amigo despechado. Magnífico juego de tronos que confirma lo que ya suponíamos: estos chicos son unos tiernos aunque abulten mucho". Hijo, Félix, se me han saltado las lágrimas.
ABC dice en su segunda portada que "un sector del PSOE teme dejar de ser un partido nacional por la política de pactos". Pero si han pactado con BNG, ERC y todo nacionalismo que se les ha puesto por delante, ¿a qué vienen ahora tantos remilgos? Albert Rivera también se lleva unos cuantos sopapos de la mano de Álvaro Martínez. "El argumento de la edad es casi más ramplón que gratuito y se instala en una corriente, esencialmente antidemocrática, que trata de convertir España en una especie de efebocracia en la que todo aquel que tenga más de 35 años es una especie de cachivache fuera de tiempo e inhabilitado para empresas y afanes social y políticamente relevantes". Pues chico, Rivera, con el envejecimiento de la población y la caída de la natalidad te vas a quedar sin votos. Ignacio Camacho tiene una explicación para tanto disparate. "Ciudadanos ha sufrido una precipitada eclosión de un partido cuyas dimensiones reales han quedado sobrepasadas". Surgió ante la "inquietud de ciertos poderes asustados ante el monstruo radical" de Podemos como "una brigada de cascos azules". "Pero solo Rivera y su reducido círculo de confianza parecen en condiciones de gobernar los acontecimientos que viven en una progresión de vértigo. Su irrupción, pensada para las generales, ha de adaptarse a la estación intermedia" de las municipales y las autonómicas. Y lo llevan fatal.
La Razón cuenta que "Hernando pedía 62.500 euros por asesorar al PRD y 100.000 para Blanco", otro negociete de políticos. Hernando, que se puso hecho una furia con lo de Pujalte y compañía, "salió a por lana y terminó trasquilado", dice Alfonso Merlos. Marhuenda alerta a la peña de que Rivera no es Rajoy y Ciudadanos no es el PP. "En la ceremonia de la confusión en que está instalado Ciudadanos tras los comicios en Andalucía, el partido de Rivera intenta pescar en el mar de siglas y programas" y "ahora intenta presentarse como un 'nuevo PP'. Nada más lejos de la realidad". Que PP sólo hay uno y a ti te encontré en la calle. Pues menudo peso nos quitas de encima, Marhuenda. Con un PP ya vamos bien serviditos.