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Cifuentes rectifica por el miedo a las mareas

La candidata se ha dado cuenta, o se lo han hecho saber, que no le conviene echarse encima durante su campaña a la denominada "Marea Blanca".

La candidata se ha dado cuenta, o se lo han hecho saber, que no le conviene echarse encima durante su campaña a la denominada "Marea Blanca".
Europa Press

Siempre se dice, y es cierto, que una cosa es lo que un político dice cuando está en la oposición y lo que luego hace cuando llega al poder. En este caso la diferencia esta en lo que un político dice cuando aún no está en campaña electoral y lo que dice cuando está metido de lleno buscando el voto de los ciudadanos. Es lo que le ha pasado a Cristina Cifuentes. Hace un mes le parecía bien el modelo de gestión público-privada que se aplica en tres hospitales madrileños (Torrejón, Móstoles y Valdemoro) e incluso no descartaba avanzar en la dirección de ampliar ese modelo a otros hospitales madrileño.

Pero la Candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid se ha dado cuenta, o se lo han hecho saber, que no le conviene echarse encima durante su campaña a la denominada "Marea Blanca", volver a dar alas a los sindicatos sanitarios y a los partidos de izquierdas y que utilicen, otra vez, el miedo a una falsa privatización de la sanidad como arma arrojadiza contra su candidatura. Ahora, no sólo niega cualquier posibilidad de externalizar la gestión de más hospitales, sino que los seis que Esperanza Aguirre primero e Ignacio González después, prepararon para que se unieran a los de Torrejón, Móstoles y Valdemoro, quiere que tengan el estatus 100% público del resto de la red de hospitales pública madrileña.

Es un portazo en toda regla a un modelo de gestión que, no sólo se aplica en la mayoría de países de nuestro entorno, sino que se ha demostrado exitoso también en los tres hospitales de Madrid mencionados anteriormente y que cuentan con un grado de satisfacción por parte de sus pacientes superior incluso al del resto de centros sanitarios de la región. Y esto Cristina Cifuentes lo sabe, pero no está dispuesta a dejarse llevar por la marea-blanca- ni dar combustible a sus adversarios políticos para que puedan incendiar su campaña.

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