Indumentaria y banderas negras, arengas coránicas, victorias militares sobre el ejército sirio e iraquí, espectaculares vídeos sobre lapidaciones, amputaciones, crucifixiones y ejecuciones, un uso profesional de las redes sociales... La maquinaria propagandística de Estado Islámico está provocando un importante efecto llamada en los caldos de cultivo del islam más radical en todos los rincones del mundo y España no está siendo una excepción.
Los datos oficiales del Ministerio del Interior indican que las Fuerzas de Seguridad han detenido ya, cuando acaban de terminar los primeros tres meses del año, a 40 islamistas que formaban parte o bien de células terroristas locales o que partían a alistarse en las filas de Estado Islámico. 38 de esos arrestos se han realizado en la geografía española, otras dos han sido fuera de ella, aunque o bien han partido de solicitudes de detención españolas o han participado agentes españoles.
En lo que se lleva de los cuatro primeros meses del año se han detenido ya el doble de terroristas islámicos que en todo 2013, cuando se hicieron 20 arrestados. Y supera ya la suma de las detenciones practicadas en 2012 y 2013 juntos: 28. Dos semanas después de concluir el primer trimestre del año, la cifra se sitúa ya muy próxima a los 46 arrestos llevados a cabo por las Fuerzas de Seguridad del Estado en todo el año 2014.
Por zonas geográficas, el mayor número de detenidos se ha producido en Barcelona y su provincia. Exactamente, 23. Si a esto se le suman las dos detenciones practicadas este año en la vecina provincia de Gerona, sitúa en la comunidad autónoma de Cataluña a 25 de los cuarenta arrestados, un 62,5 por ciento de los detenidos en todo el país. Cataluña se ha convertido de este modo en el principal foco de yihadismo de España.
Con una población musulmana cercana al medio millón de individuos, de los 7,5 millones que viven en Cataluña, las Fuerzas de Seguridad tienen una lupa puesta sobre la región. Los datos que maneja el Ministerio del Interior sitúan allí a 50 de las 98 mezquitas españolas (en España hay 1.264 centros de oración musulmana) que están siendo vigiladas día y noche por lanzar el mensaje más radical de la rama suní del Islam, son las denominadas mezquitas de corte salafista.
Informes de inteligencia españoles y extranjeros llevan años advirtiendo del progresivo radicalismo al que ha ido evolucionando una parte de la comunidad musulmana catalana, que está convirtiendo a la región no sólo en un foco yihadista en España, sino en uno de los puntos calientes del yihadismo en Europa, comparable ya a algunas de las regiones más conflictivas de Reino Unido, Bélgica o Francia.
Las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla siguen los pasos a Cataluña, aunque en la distancia. En Ceuta se han producido este año seis detenciones, principalmente, en la popular barriada de El Príncipe, un área deprimida de la ciudad donde prácticamente no vive nadie que no sea musulmán y donde están detectadas algunas de las mezquitas que propagan el Islám más radical. En la vecina Melilla, se han producido otras dos detenciones durante estos primeros meses del año.
Un número idéntico al de Melilla tiene también la ciudad de Valencia, en el que también se han producido dos arrestados por yihadismo. La cifra se repite en Estambúl, capital de Turquía, puerta de paso de Europa a las tierra de Siria e Irak controladas por Estado Islámico, y donde las autoridades del país han detenido en este año a dos yihadistas que habían huido de España y sobre los que las Fuerzas de Seguridad había emitido sendas órdenes internacionales de detención.
Por último, también se han producido detenciones en la Comunidad de Madrid y en las provincias de Ávila y Ciudad Real. Exactamente, en las localidades de Cebreros y Fuente el Fresno, en una operación policial llevada a cabo el pasado 13 de marzo de forma coordinada en varias provincias de la geografía española.