El Consejo Político de UPyD afronta este sábado una cita extraordinaria y clave para el futuro del partido tras la crisis sin precedentes desatada esta semana. Rosa Díez ha planteado la cita como una oportunidad de refrendar su gestión al frente del Consejo Directivo, pero el consejero Miguel Ángel Quintana (Salamanca, 1973) profesor de ética en la Universidad Europea Miguel de Cervantes de Valladolid, pretende presentar una moción de censura. En conversación telefónica con Libertad Digital explica los detalles de su propuesta, sus críticas a la presidenta del partido y cómo pasó de militar en Ciudadanos a hacerlo en UPyD.
¿Por qué ha decidido presentar una moción de censura contra Rosa Díez?
Porque es una de las atribuciones del órgano al que pertenezco, el Consejo Político. Somos 150 miembros que, para entendernos, representamos el 'parlamento' de UPyD, encargado de controlar al Consejo de Dirección que lidera Rosa Díez. Nos encargamos de aprobar los presupuestos y los programas electorales, entre otras cosas. Pero también, como le digo, tenemos atribuido el control de la dirección, y eso incluye poder censurar su actuación.
El Consejo de Dirección dice que su propuesta está fuera de plazo.
Aquí hay un problema, que creo importante explicar a sus lectores. Los estatutos de UPyD no aclaran el procedimiento para presentar esa moción, para lo que sí mandata. Lo lógico hubiese sido elaborar un reglamento, pero no se ha hecho en estos años, es una barbaridad. Es, siguiendo con el símil, como si el Congreso de los Diputados no tuviese un reglamento. Yo llevo años pidiendo que se creara. Aquí se produce una disfunción grave, porque aunque tenemos atribuido el control del Consejo de Dirección, pero ellos tienen la potestad de fijar el orden del día. Lo tienen que convocar, es verdad, cada tres meses, pero lo hacen en la fecha que quieren. Yo le he planteado al Consejo de Dirección que quiero ejercer mi derecho a censurarles, como contemplan nuestros estatutos.
Siguiendo con el símil, la moción de censura que existe en nuestro sistema parlamentario obliga a presentar un candidato alternativo.
Los estatutos de UPyD no contemplan eso, pero sí que haya una mayoría de dos tercios. Lo que urge, dadas las circunstancias y dado el ambiente en la opinión pública, es superar la profunda decepción que nos produjo la rueda de prensa de Rosa Díez el lunes. Después de quedar por debajo del 2% en Andalucía una persona se presenta sin ninguna autocrítica y dice que quiere seguir como presidenta del partido a toda costa. Tenemos que superar este momento de decepción, entiendo que hay división en el partido, pero pido una salida democrática.
¿Qué fuerza numérica tiene el sector crítico en el Consejo Político?
Es un órgano muy plural, aquí no cabe el símil con un parlamento, porque no estamos divididos por facciones políticas, somos compañeros. Pero las cosas están cambiando muy rápido, mucha gente que defendía a Rosa Díez ahora comparte mi visión. Todo el mundo está viendo que su liderazgo no es el único posible. Pero ya no solo por los malos resultados en Andalucía, también, insisto, por su obcecación demostrada en la comparecencia del lunes. No está preparada para un liderazgo del siglo XXI, en el que hay participación y se atiende a lo que dice la gente. Ella ha insistido mucho en que la política es una cosa a la que nos tenemos que dedicar una parte de nuestra vida y luego irnos a casa. Pues debería aplicarse el cuento. Tiene sesenta y tres años, que es una edad estupenda para aportar mucha experiencia, pero si en algún momento quiere volver a casa, como nos prescribe a los demás, debería empezar a pensar en ello. Parece empeñada en ser una profesional de la política hasta el final de su vida, digan lo que digan los votantes. Los que somos de UPyD sabemos que eso no coincide con nuestro proyecto.
¿Por qué debe pagar Díez los platos rotos de negarse al pacto con Ciudadanos, cuando ha sido una estrategia ampliamente compartida, incluso por quienes ahora han abandonado el Consejo de Dirección?
Yo no creo que ese, siendo importante, haya sido el único fallo en la gestión del partido, creo que lo estoy argumentando en esta entrevista. Yo he defendido el pacto con Ciudadanos, pero no se trata ahora de castigar a nadie por lo que dijo en septiembre. Lo fundamental es que nuestro proyecto no encaja con la gente. Andalucía tiene la quinta parte de la población de España, y esa quinta parte del país nos ha dicho que no nos quiere en un Parlamento. Es previsible que en mayo nos digan lo mismo en buena parte de los parlamentos autonómicos. El proyecto de Díez nos lleva a la irrelevancia.
¿Qué le parece el nombramiento como portavoz adjunto de Andrés Herzog?
Es un excelente profesional en el mundo de la abogacía, pero internamente representa continuidad con el Consejo de Dirección, el mismo que nos ha llevado a esta situación. Se han inventado un cargo que no existe en los estatutos, pretenden aparentar un cambio que no existe.
¿No es demasiado tarde para intentar un acuerdo con Ciudadanos?
Insisto: no es el tema que está, en estos momentos, encima de la mesa. Creo que es más importante el comportamiento displicente con la ciudadanía de este Consejo de Dirección, no hay más que entrar en el perfil en Twitter de Carlos Martínez Gorriarán, el número dos del partido, para ver las cosas que dice: ha acusado de vendidos a periodistas de ABC, de El Mundo, de El País o de Libertad Digital o a los encuestadores de ser una mafia. Eso es catastrófico y es lo que hay que solucionar ahora. La conducta que han tenido es inmoral y además muy poco eficaz. Cuando se arregle eso se podrá plantear el pacto con Ciudadanos y muchas cosas más.
Usted militó en Ciudadanos. ¿Por qué se pasó a UPyD?
En 2006 eramos muchos los que reivindicábamos un discurso regenerador. Una política de firmeza contra los nacionalismos y de reforma institucional, porque ya se veía cómo PSOE y PP estaban enfangados en la corrupción y nos llevaban a la crisis que poco después se manifestó. En ese contexto, como es de dominio público, un grupo de intelectuales en Cataluña como Arcadi Espada o Félix de Azúa firmaron un manifiesto por la creación de un nuevo partido, que es el origen de Ciudadanos, Muchos nos sentimos atraídos, también Rosa Díez, que en aquel momento seguía siendo eurodiputada del PSOE. De hecho yo me afilio a Ciudadanos después de la presentación de la plataforma en Madrid en 2006, a la que asistió Díez, en el Teatro Reina Victoria. Ella seguiría siendo durante un año y medio más eurodiputada, cobrando su sueldo. Yo, en cambio, no era militante ni cargo de ningún partido. Luego Díez rompió de alguna manera con Albert Rivera, en 2007. Yo entonces vi que el proyecto de UPyD, que estaba ya mejor implantado en toda España, era mucho más prometedor para el país y decidí entrar. Pero lo hice con el convencimiento de que en realidad éramos el mismo partido y tarde o temprano convergeríamos. Los principios eran los mismos, y la gente también. Rivera asistió al acto de fundación de UPyD,el 29 de septiembre de 2007 estuvo en primera fila. Creo que la enemistad entre ambos líderes nos ha perjudicado. Me parece que lo que se está manifestando es que los españoles conocen ese origen común y no entienden que ambas formaciones no vayan de la mano.