Proteger el espacio aéreo de las tres Repúblicas Bálticas (Lituania, Estonia y Letonia) de cualquier posible amenaza. Ésta es la misión que tendrán que cumplir, desde el próximo 1 de enero, los cuatros cazas de combate Eurofighter Typhoon del Ala 11 del Ejército del Aire que han despegado este lunes desde la base de Morón de la Frontera (Sevilla) y que tienen como destino la base aérea de Amari (Estonia), donde permanecerán hasta el próximo el 30 de abril.
Esta nueva misión en el exterior se circunscribe dentro de la operación de Policía Aérea del Báltico de la Alianza Atlántica, por la que la organización supranacional se hace cargo de la seguridad aérea de estas pequeñas naciones aliadas, que no tienen suficientes medios por su cuenta para garantizársela, y que se viene desarrollando desde que Lituania, Estonia y Letonia sellaron su entrada en la quinta expansión de la OTAN el 29 de marzo de 2004.
Ésta será la 37º rotación que harán las aeronaves de la Alianza Atlántica y el contingente español relevará al contingente alemán, que ha estado desplegado durante el último cuatrimestre del presente año. Junto a España, desplegarán contingentes similares de Polonia e Italia en Lituania, y de Bélgica en Polonia. El número de militares españoles desplegados será de 114, de los cuales ochos son pilotos para configurar dos tripulaciones por aparato.
El tipo de operaciones que realizarán los Eurofighter Typhoon españoles serán de vigilancia del espacio aéreo asignado, que cubre prácticamente toda la zona norte de Europa, en especial la zona del Báltico. Para ello, realizarán patrullas aéreas y misiones de alerta temprana (Quick Reaction Alert) ante posibles amenazas aéreas que entren en el espacio aéreo de responsabilidad sin autorización, bajo control operacional del Mando del Componente Aéreo de la OTAN (AIRCOM) desplegado en la localidad alemana de Ramstein.
Los cazas polivalentes Eurofighter se estrenan así en la que será su primera misión en el exterior desde que forman parte del Ejército del Aire. Los mandos de las Fuerzas Armadas mandaron a la misión de patrullas de combate en la guerra de Libia en 2011, en la que una coalición internacional apoyó a los rebeldes contra el Régimen de Muamar el Gadafi, a cuatro cazas F-18; lo que se une a la renuncia del Gobierno español a participar en los bombardeos que un amplio número de países llevan a cabo desde hace meses contra Estado Islámico en Siria e Irak.
Se trata, asímismo, de la segunda vez que cazas de combate españoles participan en esta misión de policía aérea, pues ya se llevó a cabo con anterioridad en 2006, cuando el Ejército del Aire desplegó cuatro cazas Mirage F-1 en la base aérea de Siauliai (Lituania).