A la misma hora en la que Artur Mas y Oriol Junqueras celebraban su enésima cumbre para adelantar las elecciones autonómicas y convertirlas en un referéndum separatista, el Centre d'Estudis d'Opinió de la Genealidad (CEO), el CIS de la Generalidad, presentaba su última encuesta con sorprendentes resultados. CiU ha remontado y volvería a ganar unas elecciones autonómicas con entre uno y dos diputados por encima de ERC. Según los datos del CEO, CiU obtendría una horquilla entre 34 y 36 diputados en el parlamento regional mientras que su máximo rival, ERC, que encabezaba los sondeos antes del referéndum del pasado 9N, se quedaría en un margen de entre 34 y 35 diputados, uno menos que la federación liderada por Artur Mas.
La suma de escaños resultaría insuficiente para una declaración unilateral de independencia, pero por primera vez en meses CiU supera a ERC. La "sorpresa" de la encuesta, además de la recuperación de CiU, es que el independentismo pierde fuerza y retrocede casi diez puntos. Así y según la encuesta financiada por la Generalidad el independentismo radical caería en casi diez puntos desde el pasado mes de octubre. De esta manera, sólo el 36,2% de los catalanes creen que Cataluña debería ser un estado independiente mientras que los partidarios de las diversas fórmulas de permanecer en España habrían ganado cuota. Así. un 28.9% serian partidarios serían partidarios de un estado catalán dentro de una "república federal española", tal como plantea Podemos.
Los partidarios de que las cosas continúen como hasta ahora son el 21,8%. El mayor incremento se da entre los electores que prefieren que Cataluña sea una región de España pasan del 1,8% al 5,4% en tan sólo dos meses. De esta forma y en un hipotético referéndum de autodeterminación, los partidarios de la ruptura definitiva conformarían el 44,5%. Los contrarios a la independencia serian el 45,3%, algo menos de un punto.
Dados los precedenes de errores graves en el CEO, todos los partidos, salvo CiU, se han tomado los resultados a título de inventario. La oposición no nacionalista y ERC han concidido en subrayar la escasa fialibilidad del CEO, entre otras razones porque de cara a las pasadas eleccciones autonómicas (noviembre de 2012), esta entidad demoscópica auguró la mayoría absoluta. La realidad fue que CiU perdió 12 diputados y depende del apoyo de ERC para su escasa actividad legislativa. De ahí que los pronósticos del CIS catalán se interpreten como un espaldararzo a Mas para que no anticipe, ahora, las elecciones.
De hecho, CiU no pretende agotar la legislatura sino manejar los tiempos hasta que el panorama electoral sea aún más favorable a la federación nacionalista. Su prospectiva a medio plazo es que el actual eje político, la pugna entre España y Cataluña, dé paso a un combate entre una España democrática y la España antisistema de Podemos. Antes de llegar a esa tesitura, CiU pretende llevar a cabo lo que sus dirigentes escudriñan como el contencioso final entre Cataluña y España. El escollo es que en la actual situación, la convocatoria de unas elecciones les podría llevar a la bancada de la oposiciòn. En cambio, si mantienen la situación actual de indefinición en pocos meses podrían recuperar el terreno perdido respecto a ERC y dar paso un escenario en el que Mas podría explotar su predicamento entre las bases separatistas. Es en ese instante cuando CiU podría determinar el adelanto electoral. Pero tal momento no habría llegado todavía, de tal manera que Mas y Junqueras se han limitado en la reunión de este viernes a hablar de los presupuestos autonómicos de este año.
Sobre el anticipo electoral, Mas se mantiene en sus trece de no adelantar los comicios si ERC no acepta subsumirse en el partido único que plantea CiU para romper España y, como efecto colateral, desarbolar al partido que dirige Junqueras, cada vez más cuestionado dentro de su propia formación.