Hay que partir de la base de que el PP es una formación muy presidencialista: si Mariano Rajoy da una orden -y aunque sea con todas las reservas del mundo- prácticamente siempre es acatada de forma disciplinada. Pero, no olvidando este extremo, algunos de sus barones autonómicos marcan cada vez más distancias con el líder y se centran en su corralito. Y en Génova esto no está pasando inadvertido.
Tal vez por este desapego, la dirección nacional se está esmerando en la elaboración del acto que tendrá lugar este sábado en La Granja (Segovia) para defender la unidad de España y la Constitución. La petición de asistencia ha llegado a todos los líderes regionales y altos cargos y, según las fuentes consultadas, no habrá prácticamente ausencias. "Se ha dejado claro que es un acto muy importante", deslizan, al que también asistirá Rajoy.
Un lleno con el que contrarrestar la notable ausencia de presidentes del PP en el 36º aniversario de la Carta Magna sólo una semana antes. Entonces, únicamente cuatro barones con mando en plaza acudieron al Congreso de los Diputados y exclusivamente el gallego Alberto Núñez Feijóo participó en la corte de llegada del presidente. "Muchos tenemos nuestros propios actos de defensa de la Constitución y mucha agenda en casa", se excusó uno de los ausentes en conversación informal con este diario.
La falta de presencia del poder autonómico es también una constante en los Comités Ejecutivos -órgano que utiliza Rajoy para hacer balance y marcar su hoja de ruta, y que se suele reunir mensualmente-. En la última cita no fue prácticamente nadie, se tuvo que admitir oficialmente. José Ramón Bauzá (Baleares), José Antonio Monago (Extremadura) o Ignacio Diego (Cantabria) cada vez están menos presentes en Madrid, según comentan.
El cálculo electoral
Las razones son varias. La principal: el cálculo electoral. "La marca -esto es, las siglas del PP- no se ve en positivo sino la gestión propia", reconocen en privado. Los barones analizan sus encuestas internas y entienden que cuanto más se alejen de Rajoy y el PP "a nivel nacional" más opciones tienen. Y de ahí que se centren en sus corralitos: "algunas veces hablar del Gobierno es hablar en negativo", destaca un alejado habitual, muy crítico -por ejemplo- con el hecho de que no se haya abierto el melón de la financiación autonómica. "Lo prometimos y hemos incumplido".
Varios barones consultados por este diario apuntan a que las encuestas no son tan malas como se dice, pero que la imagen del PP en el conjunto nacional es realmente negativa. Así, recientemente, un presidente autonómico rechazó hacer un acto de la formación sin la presencia de Rajoy. En otras palabras, si el presidente acude se hace el esfuerzo pero no con segundos espadas. Y algunos ni tan siquiera están por la labor de que Rajoy acuda a sus regiones, aunque una vez se vaya acercando el periodo electoral, se le verá más en los distintos feudos populares. Esa negociación se concretará tras las vacaciones de navidad.
A la espera del 'dedo divino'
Luego están quienes se exasperan con sus tiempos. En este grupo están los que todavía están a la espera de ser formalmente designados candidatos -Ignacio González ha dicho públicamente que Rajoy ha de pronunciarse porque el PP de Madrid se está viendo afectado- o los que quieren hacer cambios en sus propias estructuras autonómicas y locales y han recibido la orden de Génova de esperar. "No se hará nada hasta que se desatasque el tema de Madrid y Valencia", se admite. Y, mientras, las regiones que también tienen que hacer cambios -son bastantes los incendios internos por toda España- se exasperan. "Tengo alcaldes llamando todos los días", confiesa un barón autonómico.
Claro que el presidente tiene un núcleo de fieles -ahí estaban Luisa Fernanda Rudi y Feijóo en el aniversario de la Constitución-, aunque es una impresión generalizada que hay que recuperar la bandera de los principios para tratar de aproximarse al votante descontento. En privado, Rajoy siempre saca pecho de que están en la abstención y no se han ido a otro partido y desde la dirección nacional aseguran que se está trabajando en este sentido. Coinciden también varios en el hecho de que poco a poco la economía va mejor "y la gente está empezando a notarlo".
Lo que no ayuda es el plantón, a ojos de los propios protagonistas, que Rajoy les dio a sus barones hace escasos fines de semana la noche previa al gran acto programado por Génova en Barcelona. Se les convocó asegurándoles que habría una cena con el presidente, pero finalmente éste no acudió. "No sé que hago aquí", decía con resignación uno de los convocados. No pocos líderes autonómicos decidieron simplemente no asistir. Este sábado sí habrá una potente foto de unidad en La Granja.