¿Es un reflejo la clase política de la sociedad a la que representa? Mayoritaria parece ser ahora la opinión de que no, los políticos españoles no representan a los ciudadanos. Los primeros son percibidos por los segundos como una casta privilegiada. Ese mensaje, lanzado por ejemplo por Podemos y que tanto éxito parece reportarle, se materializa en Cataluña.
Un minucioso estudio, llevado a cabo por Convivencia Cívica Catalana para el que se han examinado los datos de 13.456 cargos catalanes, concluye que desde el punto de vista social y demográfico los políticos de esta comunidad autónoma difieren "sustancialmente" del resto de la población de Cataluña.
El perfil medio de un político catalán es el de un varón, catalanohablante, que no ha trabajado nunca en el sector privado y ha desarrollado toda su carrera bajo el paraguas de su partido y la administración pública.
Análisis por género
El estudio constata una notable desigualdad por género entre los políticos catalanes: el 71,05% de los cargos públicos son ocupados por hombres y tan sólo el 28,95% por mujeres. Pero es que, además, en el conjunto de la población de Cataluña son mayoría las mujeres (50,8%) frente a los hombres (49,2%), según datos del padrón municipal de este año.
Lengua propia
Uno de los rasgos diferenciales de la clase política catalana es el idioma. El análisis de CCC refleja que sólo uno de cada cinco políticos en esta comunidad (un 21,67%) es castellanohablante, siendo ésta la lengua mayoritaria entre la población. Concretamente, el 77,9% de los políticos son catalanohablantes, casi cuatro veces más que el 21,67% de castellanohablantes.
Así, una mayoría de catalanohablantes copa casi el 80% de todos los cargos políticos, siendo estos (36%) minoría respecto a los catalanes que utilizan el castellano para comunicarse normalmente.
La entidad presidida por Francisco Caja señala que este punto explicaría, "en buena parte, la brecha existente entre la sociedad y la clase política en Cataluña en el ámbito de las políticas identitarias y lingüísticas". A este respecto, CCC rescata los datos de las propias encuestas del Gobierno de Artur Mas que revelan que los castellanoparlantes son claramente contrarios a una hipotética secesión. El 46,6% están "totalmente en contra", el triple del 15,5% que están "totalmente a favor".
Análisis por estudios alcanzados
En este apartado, Convivencia Cívica ha analizado la biografía de 348 políticos (del Parlamento catalán; los diputados de las cuatro diputaciones; los alcaldes y concejales de los principales ayuntamientos con información disponible: las cuatro capitales catalanas junto con las dos mayores ciudades que no son capital, Badalona y Hospitalet de Llobregat).
Esta muestra revela que casi un 30% no dispone de ninguna titulación universitaria (licenciatura, ingeniería o diplomatura universitaria). Entre los que sí disponen de ella, la carrera más cursada es derecho (21%), las relacionadas con el área económica (11,2%), educación (6,3%), sanidad (5,5%) y ciencias políticas (4,9%).
Experiencia laboral previa
Y en cuanto a su experiencia laboral previa, el estudio desvela que la mayoría carece de experiencia previa en el sector privado. En concreto, casi dos terceras partes de la muestra analizada (65,5%) no ha trabajado nunca en una empresa privada. La mayoría han sido funcionarios, empleados de la administración o bien cargos políticos desde el inicio de su trayectoria profesional.
Los resultados del estudio muestran también que en Cataluña la dirección y gestión de la política está en manos de una minoría de apellidos familiares influyentes, especialmente en aquellos puestos de mayor relevancia, que aparecen de forma repetida entre miembros de fundaciones, consorcios, entes, sociedades y organismos públicos.
El estudio concluye, pues, que "la clase política catalana constituye un grupo con características muy diferenciadas respecto al común de los ciudadanos de Cataluña".