En Cataluña la dirección y gestión está en manos de una minoría de apellidos familiares influyentes, especialmente en aquellos puestos de mayor relevancia, que aparecen de forma repetida entre los miembros de fundaciones, consorcios, entes, sociedades y organismos públicos de todo tipo de cargos y dirigentes políticos.
Así se desprende de un estudio minucioso realizado por Convivencia Cívica Catalana en el que se han examinado los datos de 13.456 cargos políticos de esta comunidad autónoma, de los que el grupo más numeroso lo constituyen alcaldes y concejales (9.128), el 97% del total de cargos políticos que integran las instituciones catalanas.
El estudio constata que un grupo de familias con apellidos que sólo están presentes en el 13% de la población catalana copan el 40% de todos los cargos políticos catalanes, especialmente los de más relevancia. Así, los nombres más frecuentes de los ciudadanos en Cataluña -extraídos de la información publicada por el Instituto Nacional de Estadística de Cataluña- discrepan notablemente de los políticos catalanes.
Ninguno de los tres nombres más frecuentes de los políticos (Josep, Jordi y Joan) se encuentra entre los tres nombres más frecuentes en Cataluña (José, María y Antonio). Y de los 15 nombres más comunes entre los políticos catalanes sólo dos (Jordi y Montserrat) se encuentran entre los 15 más comunes de la población.
¿Y los apellidos?
Al igual que en el caso de los nombres de pila, el Instituto de Estadística de Cataluña publica anualmente los apellidos más comunes a partir del registro de población de esta comunidad. Los datos ponen de manifiesto que los apellidos catalanes más frecuentes son prácticamente los mismos que en el resto de España.
García se sitúa en primer lugar, con el 2,26% de los catalanes; le sigue Martínez, con el 1,57% y López, con el 1,51%. Sin embargo, siendo estos los apellidos más comunes existe una infrarrepresentación de ellos en la clase política catalana. Por contra, abundan determinados apellidos familiares desde hace décadas.
Así, en el estudio se constata que un grupo de familias con apellidos que sólo están presentes en el 13,4% de la población catalana copan casi el 40% de todos los cargos públicos, especialmente los más importantes.
Por ejemplo, los Esteve están sobrerrepresentados en la clase política catalana más de un 352%. Eso significa que hay más de cuatro veces más Esteve en la clase política de Cataluña que en la sociedad catalana. Los Pujol, por ejemplo, lo están en un 258% o los Mas en un 198%, casi el triple en la política que en la sociedad.
Este grupo de apellidos familiares aparece repetidamente entre los miembros de fundaciones, sociedades, consorcios, entes y organismos públicos de todo tipo además de altos cargos del gobierno autonómico y dirigentes políticos. Por contra, los apellidos más comunes entre los catalanes – los López, García, Martínez, Rodríguez, Fernández, González, Sánches, Pérez, Gómez o Jimeno- están significativamente infraponderados.
Compruebe con su propio apellido
En la siguiente aplicación puede comprobar el grado de sobrerrepresentación o infrarrepresentación de más de 2.000 apellidos en la política catalana.