Se multiplican los contactos, los sondeos y las tomas de temperatura entre socialistas, convergentes y populares auspiciados por la presión empresarial y amparados en toda clase de foros y círculos económicos en los que se cocina una reforma constitucional que se presenta como "la solución" al atolladero catalán. Inquietan la escasa consistencia de Pedro Sánchez, los errores no forzados del Gobierno y la creciente soberbia de Artur Mas, pero más aún la posibilidad de que la situación política en Cataluña se adentre en una "fase constituyente", bien con ERC o con el propio Mas, con un Estado debilitado incapaz de responder a esa deriva. En ese contexto, todos los actores del proceso han desplegado sus antenas y los contactos telefónicos entre los segundos niveles son recurrentes, a pesar del ruido de fondo de la querella de la Fiscalía.
En Convergencia se da por seguro que Rajoy hará algún gesto significativo en su próxima visita a Cataluña. La sucesión de errores en la gestión del expediente separatista podría derivar en una oferta formal de negociación por parte de Mariano Rajoy, según deslizan fuentes del partido nacionalista. Sin embargo, todo está pendiente de la solemnizada intervención de Mas prevista para este martes.
Tanto el presidente de la Generalidad como la Assemblea Nacional Catalana (ANC) agitan la querella de la Fiscalía por el referéndum del 9N como banderín de enganche para la creación de una candidatura independentista transversal que integre en su seno a personas sin carné de partido pero de reconocida militancia nacionalista. Este lunes, la organización independentista que preside Carme Forcadell, ha convocado un acto de apoyo al líder de CiU, a las ocho de la tarde y frente al palacio de la Generalidad, al más puro estilo Jordi Pujol en tiempos de la querella de Banca Catalana. Se recogen firmas, se ofrecen testigos y hay voluntarios prestos a declararse culpables. "Todos somos Artur Mas" es la consigna espartaquista que han adoptado hasta en el PSC en plena fuga de los "cerebros" del tripartito, los exconsejeros autonómicos que se postulan tanto para ERC como para el "Partido del President", última tendencia en el proceso separatista.
Se trata de la plataforma con la que Artur Mas aspira a salvar los muebles, derrotar a Junqueras y marcar una nueva era en la política catalana. El aval de la ANC es definitivo y permite a Mas superar sin problemas el lastre del escándalo de la familia Pujol (salvo novedades judiciales que pudieran salpicar al actual "molt honorable") y manejar a su antojo los calendarios, plazos y circunstancias de la situación.
Ese PP de Mas bautizado y alentado por las tribunas periodísticas catalanas hunde sus orígenes en el intento de hacer una lista conjunta de CDC y ERC para las pasadas elecciones europeas, una apuesta de Mas que rechazó el líder de ERC, Oriol Junqueras, en base a unas encuestas que certificaban que los republicanos superaban a CiU. El proceso separatista era un granero de votos virtuales para ERC que procedían de la federación nacionalista de Mas y Duran, pero las facilidades para la celebración del referéndum han dado un vuelco a la situación. Se desinfla el globo de ERC, cuyos dirigentes todavía no han digerido los efectos del 9N y el apoyo creciente a Mas como líder del independentismo.
Además del favor de las bases separatistas al proyecto de una lista única para unas autonómicas anticipadas, Mas también goza del apoyo del PSOE, así como de importantes ámbitos empresariales que temen que Junqueras pudiera ser el próximo presidente de la Generalidad. A pesar del caso Pujol, del caso Palau (por el que su partido tiene la sede embargada), de la inoperancia de su gobierno, de la crisis de su partido, de la tensión con Unió y de la fractura creada en la sociedad catalana, Mas resiste y cada uno de sus movimientos causa estragos en los rivales políticos.
La manifestación de este lunes en la plaza de San Jaime a mayor gloria del president será el prólogo del gran mitin de Mas previsto para el martes y en el que dará a conocer sus próximos planes. Las apuestas sobre si anunciará o no la convocatoria de elecciones están al cincuenta por ciento. De la primera fila de ese acto se podrán extraer conclusiones sobre la composición de la marca con la que Mas concurrirá a los próximos comicios, sean anticipados o por extinción de la legislatura. Por el camino, Mas habrá modificado de cuajo el mapa político catalán. Ha partido al PSC, engañado a ERC, roto a CiU y dejado casi en coma al Gobierno y al PP en medio de escenas de complicidad con las CUP que muestran la credibilidad de Mas en los sectores más radicales.
La agenda de esta semana incluye dos actos determinantes para el curso del proceso catalán. Tras la conferencia mitin de Mas, Rajoy visitará Cataluña en un intenso fin de semana. De entrada, la convocatoria del primero se ha llevado a cabo desde la Generalidad. En el caso de Rajoy, convoca el partido.