El pasado 12 de diciembre del 2013, día en el que Artur Mas anunció que había pactado con el resto de partidos separatistas la fecha de la consulta para el 9N y una doble pregunta para el referéndum separatista, el sociólogo de cabecera del PP, Pedro Arriola, llevaba ya meses negociando, de forma secreta, con uno de los emisarios de Artur Mas y pilar del proceso separatista, Joan Rigol, tal y como revela El Periódico.
Intentaban "reconducir" las relaciones entre el Estado y la Generalidad. Uno de sus primeros pactos fue que si algún día estas reuniones salían a la luz, negarlas por ambas partes.
Pero no sólo Rigol y Arriola se reunían. A este grupo de emisarios, también se unió uno de los representantes del PSOE, José Enrique Serrano, el que fuera jefe de gabinete en el último año de Felipe González en la Moncloa.
Tras el anuncio del 9N, la intención de estas conversaciones era encontrar una salida política al proceso: reforma constitucional como tercera vía, cambiar la pregunta para buscarle el encaje constitucional... "Ha sido una vía muy útil para reducir hostilidades en momentos clave y para intercambiar mensajes con rapidez" especifica una de las fuentes consultadas por El Periódico.
Este grupo de emisarios ha mantenido el diálogo abierto hasta el final, hasta pocas horas antes del 9N.