Un día después de que se llevara a cabo la Operación Púnica y apenas unas horas después de la comparecencia ante la prensa de Esperanza Aguirre, Rajoy ha perdido perdón por la corrupción que afecta al PP. Es la primera vez que lo hace el presidente del Gobierno desde que estallara el escándalo Bárcenas, al que el propio Rajoy nombró tesorero. Siempre ha negado todo, ha mentido o se ha escondido sin dar la cara ni explicaciones. Sin embargo, más allá de pedir perdón, Rajoy no hizo suya la autocrítica de Aguirre, lo fundamental de su comparecencia, en la que reconocía que el PP ha dejado de ser un partido limpio y que había que luchar por recuperar ese activo dilapidado. Además, las palabras del presidente del Gobierno han sido en una comparecencia el Senado, sin responder a las preguntas de los periodistas cómo sí hizo Aguirre.
"En nombre del PP, quiero pedir disculpas a todos los españoles por haber situado en puestos de los que no eran dignos a quienes en apariencia han abusado de ellos", dijo Rajoy al comienzo de su intervención en la sesión de control en el Senado. Y añadió que "estas conductas resultan particularmente hirientes cuando los españoles han tenido tantos sufrimientos". Por ello, añadió que "no sólo me toca condenar estos hechos sino actuar para impedirlos".
El jefe del Ejecutivo anunció que ha estado negociando con la oposición para aprobar un paquete de medidas contra la corrupción. "No vamos a demorar la aprobación de este paquete", dijo para añadir que "si es con el acuerdo de la oposición mejor, sino lo sacaremos con los votos del Partido Popular".
Rajoy prometió que sacará adelante las medidas regeneradoras "con los votos del PP" y de quien quiera sumarse. Y ha añadido "una consideración": "Si estos casos son investigados, perseguidos y juzgados es porque el Estado de derecho funciona". Ha concluido pidiendo "a todos" que "confíen" en él; "nuestro compromiso con la limpieza de la vida pública", ha dicho, es "total". Pero ni mencionó la despolitización de los órganos judiciales.
Sus palabras han sido acogidas con una larga ovación de los senadores populares y con gritos de "dimisión" desde las filas socialistas. En su turno, el siguiente en interpelar al presidente, el senador de IU Jesús Iglesias, se ha quejado de que Rajoy convirtiera "en una comparecencia sin preguntas" su intervención en la sesión parlamentaria.