La Generalidad no está preparando una consulta, sino un "proceso participativo" y "el Gobierno no puede prohibir lo que no se hace". Esta es en síntesis la respuesta del consejero portavoz de Mas, Francesc Homs, al comienzo del trámite por parte de Moncloa para impugnar el referéndum que se pretende celebrar en Cataluña el segundo domingo de noviembre.
Homs aseguró en tono chulesco que los preparativos para el 9-N continúan y que el hecho de que las papeletas y las preguntas sean las mismas previstas para el referéndum suspendido por el Tribunal Constitucional no tiene relevancia y no significa que lo previsto sea un referéndum. Tampoco tiene importancia el que más de seis mil de los voluntarios requeridos por la Generalidad sean funcionarios. "¿Qué pasa? ¿Que los funcionarios no pueden ser voluntarios? ¿Van a prohibir el voluntariado? ¿Pero en qué mundo se creen que viven?", clamaba Homs mientras evitaba entrar en detalles jurídicos.
Con más dosis de sorna de las que acostumbra, pero con los mismos aires de suficiencia de siempre, el portavoz de Mas insistió varias veces en que "no se puede prohibir lo que no se hace" y criticó que el Gobierno se felicitara hace unos días por la suspensión del referéndum y diga ahora que es un "acto mezquino".
Así pues, la Generalidad sigue con la campaña propagandística y con los preparativos de un 9-N para el que la administración autonómica, según Homs, se ciñe a "fomentar la participación y el voluntariado". Tanto ERC, como Iniciativa y las Candidaturas de Unidad Popular (CUP), los "aliados" de Mas en el frente separatista, exigen al ejecutivo autonómico que sostenga hasta el final el pulso con el Estado, tanto por el desgaste que supone para la federación CiU, como porque se considera que la "beligerancia" de Rajoy es un factor de movilización del independentismo.
Para este miércoles, la Generalidad tiene previsto publicar en la web "participa2014" el listado de los colegios electorales. Un envío masivo de correos electrónicos y "sms" desde direcciones anónimas advierte: "El viernes, el Estado tiene la intención de impugnar el nuevo 9-N. Por tanto, tened la precaución de mirar el colegio que os toca e imprimiros la papeleta, por si acaso". De esta forma, la Generalidad pretende burlar la impugnación y que sean los ciudadanos quienes se presenten "espontáneamente" en los colegios electorales con la papeleta en la mano.
La más que probable suspensión de este 9-N "alternativo" podría precipitar un adelanto electoral, pero Artur Mas necesita tiempo para organizar una candidatura "de país" que le evite comparecer con las siglas de los Pujol. Tampoco ERC es partidaria del anticipo. De momento, el comienzo de los trámites de impugnación ha servido para rehacer la teórica unidad separatista. Tanto CiU como ERC y las CUP (ICV, pese a las bravatas de Joan Herrera, juega un papel testimonial en el frente soberanista) han mostrado una coincidencia absoluta: el 9-N se tiene que celebrar como sea; no hay posibilidad de marcha atrás.
En el PP catalán se subrayaba la "cobardía" de Mas al no firmar ningún documento administrativo respecto al 9-N mientras que en Ciudadanos se insiste en la ausencia de garantías democráticas y en que lo que plantea la Generalidad implica realizar un "censo idelógico de la población".
Este jueves, en coincidencia con la reunión del Consejo de Estado, dará comienzo "oficialmente" la campaña para el 9-N. Mientras Convergència hará campaña por el sí-sí, Unió la hará por el sí-no. Los dirigentes de ERC, por su parte, ya visitan mercados y reparten papeletas de voto. Y la ANC prosigue con su campaña "puerta a puerta" y "decorando" las calles y los comercios que se han sumado a la causa con carteles amarillos.