El presidente de la Generalidad ha comparecido en el Palacio de la Generalidad para explicar que la consulta "sigue adelante", pese a que este lunes trascendió que el bloque separatista renunciaba a la misma tal y como estaba planteada. "No hay marcha atrás en la actitud del Gobierno. El gobierno de Cataluña mantiene el objetivo de celebrar la consulta el 9 de noviembre. Habrá locales abiertos, urnas y papeletas".
En cuanto al censo para la participación se quejó de que en Cataluña hay un registro de participación que no pueden utilizar porque hay gente que está "en contra del proceso". "¿Se imaginan a unos centenares de catalanes denunciando a su gobierno por utilizar sus datos? Sería un ridículo internacional terrible", dijo dejando claro que los que se oponen a la consulta son un grupillo minúsculo. "Todos los ciudadanos que lo deseen, que acudan a los locales y se registren. Allí se hará el registro y sólo se hará de las personas que quieran participar".
En rueda de prensa en la Generalidad al día siguiente de reunirse con los partidos proconsulta, aseguró haberse esforzado al máximo por la unidad política, sobre todo desde su reunión con los partidos que apoyan la consulta hace diez días. En cambio, tras la reunión del lunes, ve un matiz: "Vamos adelante, de momento no tan juntos, pero vamos adelante".
Mas describió cómo se organizará la consulta del 9-N que tratará de enmarcar dentro de las competencias en materia de participación ciudadana de la Generalidad que no está impugnado ni suspendido por el TC, y que permitirá a Artur Mas mantener su desafío separatista. Una consulta que, tal y como confesó, "no será definitiva", como no lo hubiera sido, seguía Mas, de haberse celebrado según "el decreto que yo mismo firmé el 30 de septiembre y que ha sido suspendido por el TC".
No quiere "dar pistas" al Gobierno
La consulta se realizará acogiéndose a marcos legales existentes, pero no con el de la ley catalana de consultas, que está impugnada. "La Generalitat tiene competencias participativas", pero no dijo más para no "dar pistas" al Gobierno español.
En un ejercicio de prestidigitación asombroso, Mas dijo que la consulta no será definitiva, que lo definitivo serán unas próximas elecciones que no convocó. Pero esas elecciones dependerán de que los grupos proconsulta se avengan a elaborar listas conjuntas. Será una "consulta anticipada a la definitiva". Y las elecciones serán un "Referéndum o consulta en forma de elecciones", concluyó.
Para que sea definitivo, dijo, los partidos deben concurrir de forma conjunta a unas elecciones con una candidatura y un programa concreto y que las urnas decidan. "Si esos partidos deciden acudir juntos a unas elecciones con un programa conjunto y ganan por mayoría absoluta, habrá ganado el referéndum", ha señalado.
La "lista conjunta no está madura"
"Lo de la lista conjunta no está maduro, pero no significa que no pueda madurar. Ya lo veremos. El 9-N tenemos el firme propósito de que la gente pueda acudir a votar. Lo que sí pasará es que se tomará conciencia de si estamos dispuestos a que esta consulta definitiva se celebre con el único instrumento con el que contamos".
"Si el concepto es que en algún momento habrá que convocar esas elecciones", explicó, espera que sean para hacerlo en modo referéndum. "Si no es para eso ¿para qué voy a convocarlas? Salvo que algunos aspiren a llegar a la Generalitat para tener que recortarlo todo, que no es lo que yo percibo".
El adversario es "el estado español"
"El adversario real es el estado español, que está haciendo todo lo posible para que el pueblo de Cataluña no pueda acudir a esta consulta y no ser consultado en su futuro posible", el "adversario real no está en Cataluña, yo procuro no confundirme de adversario", dijo.
"El Gobierno sigue adelante y lo hará con medios propios. De forma correcta, ordenada y legal. Estamos cumpliendo las resoluciones del parlamento de Cataluña y este gobierno promoverá esta consulta el 9-N", insistió. Ahora bien, además de señalar como enemigo al Estado español, también quiso tener otro 'malo' en película. El resto de los partidos proconsulta. "Estamos un poco más solos. Teníamos mucho en contra, muchísimo, sabíamos que teníamos retos dificilísimos. Ante tantas dificultades tenemos una más. Un consenso político algo debilitado. Pero eso no hará que el gobierno dé un paso atrás", dijo. Y para que tenga éxito, espera que "tengamos muchas personas dispuestas a participar el día 9 de noviembre. El éxito pasa por que el 9 de noviembre haya muy alta participación. Al estado le preocupa que el 9 de noviembre no participen muchos y que algún día haya unas elecciones".
Buscando metáforas, Mas comparó su relación actual con el resto de partidos proconsulta con un bañista que se enfrenta a una ola. "Puedes empeñarte en quedarte en la superficie y afrontar la ola o intentar pasarla por debajo, sumergirte y luego sacar la cabeza y seguir nadando". Mas prefiere sumergirse, dijo, porque de seguir con la consulta tal y como figura en el decreto que él mismo firmó hubiera sido golpearse contra un muro y romperse la cabeza, "como país, digo", aclaraba.
En cuanto a una declaración unilateral de independencia, dijo que "un país serio que pretende que se entienda bien un proceso así a nivel internacional, solo se puede hacer después de celebrar un referéndum. Ahora el referéndum puede celebrarse de distintas formas y hay una que es en forma de elección".