En una intervención en la Asamblea de Madrid en la que respondía a un interpelación sobre gestión sanitaria pero que se ha desviado a tratar el inevitable tema del ébola, el consejero de Sanidad de Madrid, Javier Rodríguez, ha asegurado que "lo que me preocupa es que a un médico que acaba de salir de tratar a un enfermo con ébola todo el mundo se ponga a su lado, le toquen y le ponga los micrófonos en la boca sin saber si se ha hecho todo bien, porque puede haber un riesgo".
El consejero hacía referencia con esta advertencia a los periodistas a la masiva entrevista que realizaron numerosos profesionales de los medios al doctor Parra, el profesional que había atendido a Teresa Romero en el Hospital de Alcorcón y que denunció la escasez de medios con la que realizó su labor.
En su última intervención el consejero volvió a hablar de los errores que se han producido: "El único fallo que hay es que el patrón que siguen los protocolos es que la enfermedad se declara atendiendo a la fiebre", un criterio que "no vale" porque cuando Teresa Romero ingresa en el hospital de Alcorcón "tiene 36,7".
También se ha mostrado otra vez más que tranquilo sobre su hipotética dimisión: "Yo el día que dimita o el día que me cesen me puedo dedicar a otra cosa, usted probablemente no pueda dedicarse porque no tenga capacidad para ello", le ha espetado al portavoz de Sanidad de IU en la cámara, Rubén Bejarano.
En su línea de alimentar polémicas unas horas antes, el consejero madrileño calificó de "poco afortunada" la expresión que empleó para decir que la enfermera contagiada de ébola pudo haber mentido sobre su salud, pero se ha ratificado en que ocultó información sobre un posible contacto con el virus.
Rodríguez aseguró que el servicio de prevención del Hospital Carlos III de Madrid no tomó medidas cuando la profesional llamó para advertir de que tenía fiebre porque el protocolo marca que "hay que alarmarse" cuando el paciente pasa de 38,6 grados y la trabajadora no dijo que hubiera podido "tener ese contacto".
En declaraciones a la Ser, Rodríguez se preguntó por qué no contó a su médico de familia que había tratado al misionero García Viejo -pudo contraer el virus al tocarse la cara con un guante con el que había atendido al religioso- y ha concluido que de lo que tiene "pruebas" es de que no ha dado toda la información que tenía.
El responsable de Sanidad ha explicado que su departamento está revisando quién hacía los controles en el momento del posible contagio de la auxiliar -responsabilidad de la supervisora que había en la sala, según ha dicho- y que, si tiene que asumir alguna responsabilidad por falta de control, la asumirá.
Sobre las responsabilidades de control de la administración, tras recalcar que habría que cambiar "cada dos días" la administración si ésta fuera responsable de todos los actos médicos que se realizan, ha indicado que, si tiene que dimitir, dimitirá.
"Yo llegué a la política comido", ha sostenido Rodríguez, que ha apostillado que no tiene "apego" al cargo porque es médico y "afortunadamente" tiene la "vida resuelta". Además, esta mañana Rodríguez afirmaba que "para explicar a uno cómo quitarse o ponerse un traje no hace falta un máster, pero indudablemente unos tienen una mayor capacidad de aprendizaje que otros".
En Onda Cero llegaba también a asegurar que "tan mal no debía estar para ir a la peluquería". Y añadía también que "yo tengo compañeros míos que operando pacientes se han contagiado de sida porque se han pinchado y porque tengan sida no se les va a dejar de operar".