El presidente de la Generalidad, Artur Mas, muestra su lado más retador, provocador y melodramático. Sometido a una intensa exposición mediática tras el referéndum en Escocia, ha decidido rentabilizar el momento y retar a la Moncloa a que acalle la "voluntad de un pueblo que quiere votar". En plena escalada verbal y gestual, Mas se reclama "heredero de los catalanes de 1714", según dijo este domingo en el castillo de Cardona, escenario de la última batalla de la Guerra de Sucesión, donde también apeló a la "determinación y firmeza así como a la habilidad y la astucia" para conducir el "proceso" hacia la ruptura con España.
Lejos de apaciguar los ánimos e intentar rebajar la tensión, Artur Mas ha encontrado en el caso escocés, pese a la derrota independentista, un altavoz para amplificar su discurso, tapar el caso Pujol, aumentar la presión sobre el Gobierno y el Tribunal Constitucional y someter a toda la política nacional a sus particulares plazos y a la conveniencia de Pujol, CiU y el separatismo. En su entorno se da por seguro que la convocatoria del referéndum se producirá esta semana, pero según la "legalidad catalana", Mas dispone de quince días para la firma. A partir de ese momento, se activará una campaña "institucional" sobre la consulta, se nombrarán comisiones de seguimiento y control, así como una "junta electoral" cuya misión sería validar el resultado de la "consulta". De hecho, los medios catalanes exhiben desde hace días las urnas de cartón e informan de que se han vuelto a imprimir las papeletas para que la doble pregunta con tres respuestas posibles resulte "más legible".
Nada es un problema para los partidarios de la consulta, sean medios de comunicación o partidos políticos. Podrán votar los mayores de 16 años, los ciudadanos de la UE con un año de residencia y los de cualquier país que acrediten una estancia de tres años. Pero ni existe un censo con esas "novedades" ni todos los ayuntamientos se han sumado a la campaña de desobediencia. No llegan a quinientos sobre un total de novecientos, pero abarcan el 60% de la población catalana, incluida Barcelona. La Generalidad o la Assemblea Nacional Catalana (ANC) -también se contempla un referéndum "alternativo", como el que se realizó en Arenys de Munt el 13 de septiembre de 2009- dispondrán de los padrones de todas las localidades que se han sumado al desafío separatista para montar una consulta que en esas condiciones también sería válida según los parámetros "democráticos" de los nacionalistas catalanes. Se solapa el hecho de que sólo 1.500 catalanes residentes en el extranjero, sobre un conjunto que supera los doscientos mil, han acudido a las "embajadas" de la Generalidad para reclamar su derecho al voto en la consulta ilegal, pero se lamenta de que por culpa de la "legalidad" constitucional que tanto se respeta no haya más remedio que vetar en la consulta a los "catalanes residentes en España", en alusión a quienes viven fuera de Cataluña.
A falta de 49 días para el 9-N, Mas da lecciones de democracia, replica a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría que él no es presidente gracias a la Constitución, que Cataluña es anterior a España y a la Constitución española, que es el "president número 129" de Cataluña y que el "caso catalán" es un "conflicto político, no jurídico, que es lo que Madrid no quiere entender". Y afirma además que está todo preparado. Espera una salida de tono de Margallo e incluso de Rajoy y confía en que discursos como el del socialista Pedro Sánchez, que ayer dijo que le parecía "indecente" que Mas quiera pedir a los catalanes que se declaren catalanes o españoles, aumenten su popularidad y desvíen la atención sobre la fragilidad del frente separatista.
El líder de ERC, Oriol Junqueras, y los de las CUP, David Fernández y Quim Arrufat, ya han dejado ver su malestar por el vedetismo de Mas.Y el president ha comprobado, además, que la tensión separatista diluye las hipotéticas consecuencias del caso Pujol, cuyas ramificaciones le afectan directamente a él, conseller en cap cuando los hijos de Pujol eran favorecidos por contratos, adjudicaciones y subvenciones de la Generalidad. El "caso" también apela al partido, que pretende dar carpetazo a la era Pujol manteniendo a Pujol como referente político y moral.
Jordi Pujol, el "presidente 126" -entre él y su "hijo político" mediaron Maragall y Montilla- comparecerá el viernes en el parlamento regional, en una comisión elaborada a su medida, en la que él abrirá la sesión y después replicará en conjunto a las preguntas de todos los grupos políticos. En Convergencia se confía en la "proverbial" capacidad dialéctica de Pujol para que el trance parlamentario sea un factor positivo más en el proceso separatista. De hecho, en CiU se respiran aires de euforia e impunidad tras comprobar que el escándalo de corrupción del patriarca del proceso separatista no ha afectado a la capacidad de convocatoria del independentismo. A última hora del domingo y en la web de la ANC se contaban 19.400 voluntarios para participar en la campaña "casa a casa" con la que la ANC pretende "sondear" a los catalanes sobre "el país que queremos". Se han propuesto llegar a cien mil. Se proponen visitar todos los domicilios particulares de Cataluña para que los ciudadanos contesten un "formulario". Y quieren tener el trabajo realizado una semana antes del 9-N.
Respecto a Escocia, la consigna es que la "tercera edad" ha colapsado la independencia, pero que es "cuestión de tiempo" que los nacionalistas escoceses impongan su voluntad. Según los "estudios" de la Generalidad, el caso catalán es calcado al escocés, puesto que son "las mujeres de más de sesenta años, sin estudios, nacidas fuera de Cataluña y de padres no catalanes" las personas más reticentes al "derecho a decidir de pueblo catalán", según el primer informe del Consell Assessor per a la Transició Nacional (CATN).