"ERC mete presión a Mas al incitar a la desobediencia", titula La Vanguardia en portada. "Junqueras importuna a Mas al llamar a la desobediencia civil", dice en el interior dando rienda suelta a su monumental cabreo. "La presión sobre el presidente de la Generalitat arrecia a medida que avanza el calendario con gran parte de las cartas echadas". Y mientras Mas se debate entre convertirse en un delincuente o apearse del burro, "Junqueras se mantiene a cubierto, sin participar del fuego cruzado y reserva sus intervenciones para lanzar mensajes que buscan marcar los pasos del president".
La ruptura entre Mas y Junqueras debe ser seria si nos atenemos a la honda preocupación de Pilar Rahola. "Los síntomas de fractura en el bloque del 9-N empiezan a notarse", lo que le hace sospechar que la unión entre ERC, ICV, CDC, CUP, UDC... tal vez fuera "más virtual que real y que aquel momento mágico tuviera fecha de caducidad". "¿Está pasando? ¿Vivimos una unidad ficticia que estallará cuando todo se ponga difícil?", se pregunta angustiada. "Los indicios no son buenos, parece que cada uno va a la suya mirando hacia su propio horizonte electoral", algo realmente insólito en los partidos políticos. Unos que si "poner urnas en la calle, otros declarándose en estado de insumisión, otros avanzando hacia plebiscitarias, e incluso los hay que no saben ni qué quieren". Un sin dios. "¿Dónde está la unidad?". A lo mejor, "tenemos que empezar a reñir a quien corresponda", dice sin especificar si la bronca se la va a dar a Mas, a Junqueras o al próximo tertuliano que se le coloque enfrente.
Lluis Foix también constata que Junqueras se les está subiendo a la chepa a la chita callando. Junqueras "es quien determina la política del Govern respecto a la votación del 9 de noviembre. El president Mas dejó de tener autonomía política la misma noche que perdió doce escaños, y, a pesar de todo, decidió seguir al frente del Govern como si hubiera obtenido aquella mayoría 'excepcional' que había pedido en las elecciones del 2012". Y que La Vanguardia le pronosticó en sus encuestas, por refrescar la memoria a algunos. "El presidente Mas es un mero instrumento de la sagacidad política de Junqueras" y "da síntomas de cansancio político". Uno de ellos son los súbitos ataques de lucidez que le dan a veces, como cuando el otro día descubrió que proclamar la independencia sin que nadie te reconozca tiene los mismos efectos que proclamarse Napoleón Bonaparte. "El aislamiento internacional de Mas es un hecho incuestionable. Se dirija donde se dirija , hable con quien hable, no recibe ninguna palabra de aliento". Así que se lo toma con humor. "No creo que el vínculo del Barça con Qatar sea de gran utilidad en estos momentos". Lo mismo le arranca una sonrisa a Mas. Últimamente se le ve un poco tenso.