La bruja de Pujol, Adelina, se presentó el pasado lunes al gran público en Antena 3. En el programa Espejo Público, la bruja confesó que hasta a ella le cobraba comisiones. Adelina contó que Jordi Pujol estaba enganchado a sus premoniciones y la convenció para que dejara las montañas andorranas, donde vivía, y se trasladara a Barcelona y pusiera una consulta. El expresident le facilitaría clientela de postín entre la burguesía catalana.
Esta anécdota no ha pasado por alto en la tertulia de Es la mañana de Federico que ha comentado con gran hilaridad cómo Pujol "le sacaba la pasta hasta a la bruja", ya que, mientras que a él le cobraba 150 euros por visita, los empresarios que le mandó Pujol pagaban 300 euros. "Jordi se quedaba con 150", una mordida del cien por cien.
"La bruja huyó. Me alegro de que viva. ¿No podría escribir sus memorias la bruja Adelina?", ha comentado Federico.
La existencia de la bruja Adelina era ya conocida. Un confidente de la Policía ya mencionó en 2012 la obsesión del ex molt honorable con la pitonisa. Según este confidente, un norteamericano afincado en Andorra, la bruja hacía una serie de conjuros para "predecir el futuro por el método de frotar por la espalda y el cuello y luego romper un huevo". Si al romper el huevo "aparecía negro" es que se había llevado "la energía negativa" de la persona conjurada, siempre según el texto de los investigadores.
"Lo del huevo es antiquísimo, viene de la santería africana pasando por Cuba", ha explicado Federico. "Claro que los de Adelina seguro que eran huevos de dos yemas".