Once coches, once grandes turismos que bien podrían tomar la salida de cualquier gran prueba automovilística formaban parte del harén propulsado del hijo del ex presidente. Un deporte al que Jordi Pujol Ferrusola ha sido siempre un gran aficionado. Ha corrido con su escudería Team Cat en varias ocasiones las 24 horas de Le Mans y hasta ha sido uno de los elegidos que formó parte de la prueba más dura del mundo del motor, el París Dakar.
Entre las joyas que escondía su garaje -y que ahora son investigadas por la policía- estaban el famoso Ferrari Testarrosa que cautivó al público español por ser la joya que conducía Don Jonson en Corrupción en Miami, o el exclusivo Ferrari 328 GTS, una auténtica pieza de coleccionista, ya que la fabrica del Cavallino Rampante sólo fabricó 20 mil unidades.
Le gusta la la tecnología italiana pero también la alemana porque Ferrusola es uno de los privilegiados que tuvo a su disposición uno de los turismos que más pueden llegar a parecerse a un Fórmula 1: el Mercedes SLR McLaren, con motor AMG y más de 600 caballos. Uno de los vehículo más exclusivos del mundo que alcanza los 320 kilómetros por hora y que está valorado en más medio millón de euros pero que a Ferrusola sólo le habría costado 90.000. Por mucho que el motor estuviera rodado sólo el chasis vale el doble.
La misma suerte tuvo Ferrusola cuando adquirió otro de los clásicos coches deportivos como es el Lambaroghini Diablo por poco más de lo que cuesta un Renault, o cuando supuestamente adquirió una de las Joyas inglesas, un Jaguar Roadster por 3.000 euros cuando su tasación supera los 80.000 euros.
Entre las piezas de su colección también destacan otros clásicos como el Mercedes Pagoda o el Porsche 356 súper 90, conocido por ser parecido al vehículo en el que perdió la vida todo un mito del cine como fue James Dean.
Las ventajas en las compras de sus coches no terminan aquí. Su Porsche 911 RSR le costó 2.800 euros. Unas condiciones que también obtuvo en la contratación de pólizas de seguros: según la investigación, Pujol pagaría por cada coche unos 45 euros a excepción de uno de sus tres Ferrari por el que pagaba 60.