La capacidad de convocatoria del aparato propagandístico de la Generalidad está tan acreditada que, tras un par de semanas de información teledirigida, la Asamblea Nacional Catalana (ANC) puede poner a cientos de miles de personas en las calles, lo que no otorga ninguna credibilidad para montar a una Armada, pero sí para dar el golpe de Estado implícito en la "hoja de ruta" de su segunda asamblea, terminología que abrazan como muestra de reconocimiento a "la lucha del pueblo vasco".
Sin embargo, un estudio presentado por la plataforma antiseparatista recientemente creada Sociedad Civil Catalana y realizado por el profesor de la Universidad de Barcelona Josep María Oller y veinte voluntarios desmiente las cifras de participación del último 11 de septiembre y afirma que "tanto la Generalidad como los partidos políticos que sostienen las cifras oficiales utilizan sin escrúpulos todos los medios a su alcance para hacernos creer que toda Cataluña se ha vuelto independentista y que oponerse al llamado proceso independentista es una postura marginal".
Según los datos que han pasado a la historia como oficiales, en la denominada "vía catalana" del año pasado participaron entre 1,6 y 2,3 millones de personas; la mayor flash mob del mundo.
¿Propaganda o realidad? Sociedad Civil Catalana ha utilizado la información contenida en la "gigafoto" que se hizo de la cadena humana, que está a disposición en la página web de la ANC. Y con esa fuente, la deducción es que la Generalidad y medios afines doblaron de oficio la asistencia a la manifestación. Pero si la manipulación fue grosera, la participación fue gruesa. En total, asistieron 793.683 personas, cifra que constituye un récord absoluto en materia de movilizaciones separatistas en España. El margen de error es del 2%.
Por un lado, el 11 de septiembre de 2013 es la prueba definitiva de la efectividad de haber manipulado durante décadas las cifras de asistencia, hasta cuando el independentismo oscilaba entre lo marginal y lo residual, según Juan Arza, responsable de comunicación de Sociedad Civil. Por otro, la relativa baja participación en las últimas convocatorias de la ANC (pancarta de Obama y "Pi de les tres branques", donde se quemaron las tres banderas) podría sugerir una cierta fatiga tras dos años de agitación constante.
Tanto en la ANC como en la SCC, la impresión dominante sin embargo es que la próxima Diada constituirá una gran demostración. Eso sí, las cifras oficiales serán como mínimo del doble que la real y ochocientas mil personas sería un fracaso.
La SCC ha pedido a la Generalidad que rectifique las cifras por salud democrática y rigor contable.