En el largo auto emitido este miércoles por José Castro, merece una mención aparte la forma en que el juez se defiende de quienes han criticado la instrucción. En el auto, Castro alude a las críticas que ha recibido, "desde altas instancias institucionales, políticas, mediáticas e incluso judiciales" por la excesiva duración de esta pieza.
A los críticos, el juez les pregunta irónicamente "cuál sería el récord que habría que batir para hacerse merecedor al mérito o por debajo del cual acreedor al fracaso". Afirma sobre su trabajo que "se han utilizado días y horas que, en otro caso, serían inhábiles para la práctica de actuaciones judiciales concentrándose en ellas el mayor número posible de diligencias".
También apunta no tener "conciencia" de haber encargado "diligencia alguna a sabiendas de que, cualquiera que fuere su resultado, éste devendría inútil para la causa".
Con estas palabras, vuelve a defender la pertinencia de haber llamado a declarar a Cristina de Borbón.