La relación no da más de sí y el desencuentro no puede ser más profundo y radical. Los bandazos dados por CiU ante la abdicación del Rey y las expectativas generadas por la sucesión son la gota que ha colmado la paciencia de Duran Lleida, muleta de Mas, secretario general de CiU y cara visible del "proceso" en Madrid, todo ello entre muestras de pesar públicas por la radicalización de Mas, su política orientada a satisfacer a ERC, sus modos y su estrategia. Si hubo un tiempo en el que Duran encabezó la reivindicación soberanista en Madrid, hace ya muchos meses que está en abierto desacuerdo con los plazos y los procedimientos convergentes. La prueba fue que no participó en la campaña por las últimas europeas, salvo para comparecer durante la noche electoral y presenciar como Mas blindaba el proceso separatista pese a la histórica derrota a manos de ERC.
El Periódico de Catalunya cuenta en su edición dominical y con la firma de su director, Enric Hernández, que Duran está decidido a dimitir como secretario general de CiU y como presidente de la Comisión de Exteriores del Congreso de los Diputados. Mantendrá la portavocía del grupo parlamentario en Madrid y la presidencia del comité de gobierno de Unió, dos puestos claves desde los que advierte que no dudaría en presentarse como candidato a la presidencia de la Generalidad si Mas convoca unas elecciones autonómicas de carácter plebiscitario.
La renuncia de Duran, de verificarse, supondría el fin de una época en la política catalana y uno de los efectos más destacados del proceso político que lideran Artur Mas y Oriol Junqueras. Si CiU se rompe, escenario cada vez más plausible, el bloque separatista perdería el único elemento de moderación, que en el caso de Unió consiste en abogar por una reforma de la Constitución y una consulta para ratificar un nuevo estatus de Cataluña, la denominada "tercera vía".
En las últimas horas, dirigentes de Unió han arremetido contra su socio convergente Francesc Homs por las últimas declaraciones del portavoz del gobierno catalán, en las que afirmó que el Rey ha abdicado para mantener la "empresa familiar". Homs se ha visto obligado a "matizar" estas palabras, pronunciadas en Ginebra, en el curso de una mesa redonda organizada por la Generalidad para explicar el "proceso" separatista, nada más aterrizar en Barcelona, en paralelo a la rectificación del president Artur Mas y el anuncio de que por "respeto institucional" sí estará presente en el acto de traspaso de poderes.
"No puede ser que Homs se exprese como si estuviera en una taberna porque sus declaraciones perjudican al país" y "estamos hartos, basta ya de declaraciones de Homs" son algunas de las frases que tales dirigentes, amparándonse en el anonimato, han deslizado ante agencias y medios de comunicación en las últimas horas. Incluso se han llegado a plantear la dimisión del consejero autonómico de Presidencia, erigido no sólo en el portavoz del gobierno sino en intérprete y animador del "proceso" con un verbo grueso, el control de los medios, el CAC y el diario oficial de la Generalidad.
A través de una nota del departamento de Presidencia, Homs ha declarado: "el monarca no tiene la competencia formal de intervenir en el debate catalán y, por tanto, ya se verá si el nuevo rey interviene en esta cuestión". "Es en este sentido que se enmarcan las declaraciones del conseller y portavoz cuando ha manifestado de una forma coloquial que, a su juicio, el objetivo principal de la abdicación del rey Juan Carlos es la pervivencia de la institución monárquica, que como es conocido tiene una base familiar en su sucesión". Esta "rectificación" es lo que habría evitado que Unió encabezara la petición de dimisión contra Homs.
El malestar en el partido de Duran Lleida con la gestión política del proceso por parte de Homs es manifiesto. A la influencia de Homs en Artur Mas, sus peculiares métodos y estilo comunicativo atribuyen buena parte de los errores cometidos por CiU tras la abdicación. No se cuestiona tanto la abstención ante la ley orgánica sino el tono de radicalidad, que sólo beneficia a ERC, y que la consigna oficial de CiU, la de la "desconexión con España" a base de despreciar, menoscabar o reirse de la monarquía, situación a la federación nacionalista no tanto fuera de España como de la realidad en un momento político abierto a múltiples opciones.