CiU y ERC intentan patrimonializar el sustantivo aumento de la participación de los electores catalanes en las elecciones europeas. A las seis de la tarde y según los datos del Ministerio de Interior, en Cataluña había votado el 35,4% del censo, nueve puntos más que en 2009, cuando la participación a esas horas era del 26,7%. Al cierre de los colegios, la participación se estimaba en el 47,4%. En el conjunto de España votó el 45,5%. La primera lectura nacionalista de estos datos incidía en el supuesto aval que el incremento supone para el referéndum separatista previsto para el 9 de noviembre.
La campaña de las europeas en Cataluña ha estado marcada por el "proceso" y se cerró con la presentación de las urnas y las papeletas que la Generalidad ya ha encargado para la celebración de la consulta ilegal. Y a falta de resultados y sondeos fiables, tanto desde las sedes electorales de CiU y ERC se apuntaba al "éxito" de haber rebasado las previsiones en unos comicios que tradicionalmente arrojan un balance desolador de participación. Hace cinco años, en Cataluña el porcentaje de votantes en las europeas fue del 36,94%. En las últimas generales, la participación en esa comunidad llegó al 66,82% frente al 71,69% del conjunto de España. Y en las últimas elecciones celebradas en Cataluña, las autonómicas del 2012, convocadas ya en plena efervescencia separatista, la participación fue del 67,76%, casi diez puntos más que en las autonómicas celebradas dos años antes, en 2010, en las que votó el 58,78% de los electores.
El aumento de nueve puntos en Cataluña respecto a las pasadas europeas, la participación no superaría la mitad del censo electoral. Aún así, la interpretación generalizada es que el incremento de participación sustentaría las pretensiones separatistas.