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David Gistau pone a caldo a su jefe en 'ABC'

El caso del asesinato sigue siendo prioritario en la prensa y más de uno hoy quisiera que no existieran las hemerotecas.

El Mundo deja el asesinato como tema secundario por que hay novedades sobre el caso Faisán. "Ballesteros admite que dio el chivatazo siguiendo órdenes". "El sorprendente cambio de posición supone un espaldarazo a las informaciones de El Mundo y pone a los pies de los caballos Enrique Pamies", dice Casimiro haciéndose un autohomenaje. "Es inconcebible que tanto la fiscalía como el PP, que se comprometieron a llegar al fondo con todas las consecuencias, traten de echar tierra sobre el asunto. Salvo que con esa actitud intenten proteger a los mandos de interior y a quien era el ministro aquellos días: Rubalcaba". Últimamente están de un cariñoso.

Sobre el asesinato de Carrasco lo titula con la declaración de la madre cuando fue detenida. "Estábamos comprando pasteles. Pese a que la prueba de la parafina y tres testigos apuntan a que María Montserrat disparó a la líder del PP leonés ella sigue negándolo en comisaria". Aunque a falta de nuevos datos -ayer- sobre el asesinato, hoy se centra la prensa en rasgarse las vestiduras con las redes sociales. "PP y PSOE ponen coto a Twitter". Estoy deseando ver cómo lo hacen. Federico Jiménez Losantos está que arde con las redes "criminales". "Cuando la policía calla, la gente habla. De hecho, esa forma grosera, en muchos casos abyecta y en no pocos criminal, de opinión pública que se ha dado llamar redes sociales, ese silencio policial había sido sustituido por un montón de comentarios que, en Twitter, Facebook, y medios similares iban desde la pena y la honrada información a la calumnia y la difamación de la persona asesinada". El ministro del Interior ha dicho "que va a hacer no sé cuantas cosas contra las infamias difundidas en la red. Hasta ahora, todo apunta a una ejecución fríamente calculada, incluida la eliminación del arma y la negativa de las detenidas a colaborar con la policía y la justicia. Eso no se explica amenazando a las nubes sino informando".

Santiago González también está muy afectado por lo que se dice en Internet. "Una chusma, en cantidad no despreciable, dejó muestras en Twitter de su capacidad de empatía con la mano que empuñó la pistola y apretó el gatillo, con argumentos que no sobrepasan el nivel del refranero (…) Nuestra izquierda antisistema empezó a mostrar su alegría cainita, brutal, en toda su obscenidad, aunque con una cierta precipitación". Sí, en lo de la precipitación no fueron los únicos. Recuerdo algún que otro editorial y algún que otro columnista que también la han metido hasta el corvejón.

A La Razón le ha dado un soplo la poli. "La madre de la ingeniera despedida reconoce el crimen a la policía. 'La maté por inquina personal de hace muchos años'". Oh, vaya. ¿no ha sido un crimen motivado por el odio a los políticos? Algunos no sabrán dónde meterse. "Montserrat González no soportó que su hija perdiera su piso por la deuda de 60.000 euros que tenía con la Diputación de León". ¿Ni siquiera un mal banco ladrón de por medio que echarse a la boca? Cachis.

También Marhuenda esta muy ofendido con las barbaridades que se dicen en Twitter "amplificadas en ocasiones, todo hay que decirlo por algunos medios de comunicación". Cree que Fernández Díaz se ha quedado corto con el control policial, hay que tomar medidas "de carácter judicial" y que "las instituciones sociales y políticas adopten una actitud de tolerancia cero contra los energúmenos que pueblan las redes. Hacer cumplir en el espacio virtual las mismas reglas y leyes que amparan la convivencia democrática y los derechos de los ciudadanos". ¿Y qué va a hacer tanto enganchado a Twitter como hay? ¿Y de qué van a vivir algunos programas y algunos medios sin poder rellenar con 'este ha dicho esto por Twitter y fulanito le ha respondido que tal y pascual'? Te vas a cargar media tele, macho.

El País dice que "la asesina disparó a Carrasco por la espalda y la remató en el suelo". Vamos, que tirria le tenía por algo más que por ser política. Hoy sí que hay editorial y, con la perspectiva que da la reflexión, dice que hay que "condenar las especulaciones vertidas sobre las motivaciones de las presunta autoras o sobre la personalidad de la víctima como explicación del asesinato. Una cosa es que el crimen levante oleadas de emociones, y otra, muy distinta, el ominoso carrusel de interpretaciones organizado a partir de la tragedia, que han oscilado desde el clima antipolítco que se vive en España hasta valorar el asesinato como un desbordamiento de la ira social (…) Se necesitan hechos confirmados, en vez de dedicarse a atacar la memoria de la víctima, extraer conclusiones precipitadas o entregarse a la tóxica manía de especular". Un día después se ve todo con más claridad. Qué cucos.

ABC también aporta su propia hipótesis. "La madre disparó y la hija se deshizo del arma". David Gistau saca los colores a su propio periódico, que ayer se apuntaba a la teoría de que uno empieza con escraches y acaba pegando tiros. "¿Quién parece haber necesitado una muerte cualquiera, quién se ha apropiado también de sus propios prejuicios?", acusa. "Los que mediante reflexiones ambiguas, y aun conociendo la identidad de las detenidas y las conclusiones provisionales de la investigación, han tratado de adjudicar el crimen al encanallado ambiente social. A los escraches. Ellos también hicieron la distorsión del crimen político porque estaban esperando un pretexto que confirmara el diagnostico de la escalada violenta contra la clase política (...) Hacer oportunismo con un asesinato en el que todo apunta a motivos personales es, ademas de imprudente, un ejercicio de deshonestidad intelectual". Buen rapapolvo, Gistau. Y a tu jefe, que...

La Vanguardia abre con la foto de la hija de la presunta asesina y la asesinada. "Dos mujeres marcadas por las deudas y el resentimiento", y atiza en el editorial a "algún comentarista de prensa conservador que ha relacionado el asesinato con determinados episodios de la actualidad social reciente con los que nada en absoluto tiene que ver". Pero lo que me deja perpleja es el siguiente titular: "Pere Navarro y su agresora discutieron por una senyera sucia". Resulta que la señora que le atizó en una comunión ha contado que "Navarro, en su etapa como alcalde de Terrasa, tenía sucia y descuidada la bandera catalana que cuelga del balcón del consistorio". A ver si lo he entendido bien. ¿La señora se la tenía guardada a Navarro porque hace un puñado de años no metió un trozo de trapo en la lavadora? ¿Y por eso le llamó hijo de puta y le arreó un puñetazo? ¿Y dicen que no están crispados? Pues es verdad, están lo siguiente.

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