Si en algo ha "invertido" fondos públicos la Generalidad es en la "internacionalización del proceso". Además de la red de embajadas, centros, casas regionales y oficinas de turismo en el extranjero se debe contar con la contratación del "lobby" diplomático que representa, entre otros países, a Somalilandia por una cantidad que supera el millón de euros, y las campañas publicitarias en los medios extranjeros, cuyo coste la Generalidad reparte en diversos capítulos y departamentos para evitar su fiscalización. Decenas de millones de euros en mantenimiento de suntuosas oficinas en las principales áreas diplomáticas del mundo, anuncios en los más prestigiosos medios internacionales, campañas de publicidad con entrevistas a Mas incluidas que no han servido para nada.
Pese a los fracasos, la Generalidad insiste en el frente internacional y filtra ahora que el "president" Artur Mas y su portavoz Francesc Homs estarían acaparando la agenda de no pocos embajadores acreditados en España. En realidad, hasta los cónsules más proclives a las relaciones públicas se niegan a recibir a los representantes que les envía Mas, con Carme Forcadell a la cabeza, y la única respuesta positiva que ha obtenido de la comunidad internacional es el silencio, en el mejor de los casos. Ese mutismo en un par de contactos informales es a lo que se aferra Mas para mantener abierta la línea de gasto de la diplomacia catalana.
Uno de los efectos más lacerantes del fracaso nacionalista en el terreno de las relaciones internacionales es que sólo partidos ultras del tipo "Liga Norte", "Partido de la Nación Corsa" o "Südtirol Freiheit", una formación tirolesa con ramificaciones con grupúsculos xenófobos, muestran sus simpatías por el proceso catalán y han invitado a dirigentes de CiU a actos de campaña de cara a las europeas. Los contactos no han fructificado por los reparos convergenes al extremismo de estas formaciones, lo que añadido a la práctica inexistencia de partidos nacionalistas de carácter democrático impide que el candidasto convergente, Ramon Tremosa, se pueda fotografiar con alguien más que los dirigentes de su propio partido.
La Generalidad, contra viento y marea, intenta aparentar que las relaciones internacionales giran en torno al proceso catalán, lo que justifica un ingente despliegue de medios en el "exterior" del que la administración autonómica presume en su propio portal digital. Es "El mapa de la representación catalana en el exterior".
El tal mapa no sólo da cuenta de la presencia de la Generalidad en puntos del planeta como el Senegal, Mozambique o Nicaragua, donde hay el correspondiente funcionario autonómico de una agencia de cooperación y desarrollo, sino en puntos mucho más próximos, como Madrid, Tenerife y Menorca, cuyos centros regionales catalanes, los Casal Català, han sido incluidos en el plano que la propia Generalidad exhibe de sus "tentáculos" en el mundo.