Pilar Urbano, la autora de La gran desmemoria. Lo que Suárez olvidó y el Rey prefiere no recordar, ha visitado este martes los estudios de esRadio para hablar con Federico Jiménez Losantos de la reacción que su libro ha provocado en Zarzuela y la reciente respuesta de Adolfo Suárez Illana en defensa del monarca, con la publicación de documentos de su padre en el diario El Mundo, el mismo que publicó hace una semana un adelanto de la obra.
En una entrevista en Es la Mañana de Federico, la periodista ha contado que le ha "extrañado" el "calambrazo político" y "zarzuelero" que ha provocado su libro. "A lo mejor he dicho algunas cosas que son verdad. Que el Rey va desnudo", ha contado.
Urbano ha relatado en Es la Mañana que firmó el contrato con José Manuel Lara en 2004, con el objetivo de firmar una trilogía, y que lleva, por tanto, "diez años investigando". Su obra se construye mediante testimonios escuchados a lo largo de estos años: "No necesito que me lo digan ayer, es tan verdad entonces como ahora", ha dicho sobre sus fuentes.
Sobre la publicación de esta obra y las dificultades que han tenido otros autores como Jesús Palacios para encontrar editor -a Palacios le le cerraron todas las puertas, salvo la de Intereconomía, para publicar con Libros Libres 23F, el Rey y su secreto en 2001- Pilar Urbano ha señalado que "quizá habría que hablar del miedo de los libreros y de algunos directores de medios para hablar de esto", aunque confiesa que ella no lo ha sufrido.
Otra de las cuestiones que se le han planteado a Urbano a lo largo de la tertulia de Es la mañana de Federico es si Planeta ya tenía en su poder el libro cuando urde el falso documental de Jordi Évole en el que se bromeaba con el 23-F y su autoría, en la que también implican, curiosamente, al Rey. Urbano ha dicho que se indignó con este programa por hacer broma de un tema "de infamia nacional como el 23F", pero no ha querido vincular su libro con la parodia: "Yo no estoy en ninguna operación", ha concluido tajante.
La "caja negra" del 23-F
Urbano ha contado que le pidió un "blindaje" a Lara, un respaldo editorial, y que se "lanzara a la piscina". Tras reconocer que, en efecto, hay cosas de las que ha dicho en entrevistas, "de viva voz", que no están en el libro o "estarán en otro", ha desmentido que hubiera censura por parte de la editorial. Sí ha dicho que en su obra "se lima las uñas", porque "no quiere hacer daño a nadie ni dar nada que no esté absolutamente confirmado".
En la entrevista, Pilar Urbano se ha referido a momentos claves en el antes y el después del golpe de Estado, como el juicio del 23-F y a las maniobras del monarca durante la instrucción. Según ha revelado, el Rey "habló repetidas veces" en ese tiempo con Calvo Sotelo "para que el banquillo de los militares fuera el más reducido" posible y que se tocara exclusivamente "a los que no hubiera más narices que tocar". Y a "civiles, ninguno", ha apostillado. También ha destacado que hay un documento que debería desclasificarse, las grabaciones del CESID: "La caja negra del golpe son las cintas de la casa de las escuchas, en Gran Vía 24".
El "importantísimo" 24-F
Urbano ha concedido una tremenda importancia al día 24, es decir al día siguiente a la intentona golpista. "Es el día clave", señala Urbano, porque fue cuando se reúne la Junta de Defensa en la que Suárez se niega a firmar el acta y "lee la cartilla a los que tiene delante, a los tenientes generales, al Rey y a Rosón". Fue entonces, sigue Urbano, cuando "se dice que hay que detener a Armada". En ese momento ha contado que, aunque no lo tiene confirmado porque hay fuentes que se lo afirman y otras que se lo niegan, el Rey ofreció a Armada una fuga y Armada la rechaza. "Ni huyo ni escapo", podría haberle dicho el general al Monarca.
También ha hablado de la reunión de líderes en la que está Carrillo. Entonces, dice Urbano, "Carrillo ve que Suárez vuelve a abroncar a Rodríguez Sahagún" (por haber traído a Armada a Madrid) "y éste, según Carrillo, hace un gesto muy expresivo señalando al Rey".
Tejero
Tal y como ha destacado la periodista y escritora, "Cortina y Armada no conocen a Tejero hasta el día 22 y es Gómez Iglesias el que hace de enlace". Una vez que se puso en marcha la moción de censura y Suárez se da cuenta de que se está produciendo una "recolecta de votos", el presidente decide su dimisión. Entonces, todo está claro, Leopoldo Calvo-Sotelo sería presidente. "Era cargarse a Suárez de un modo parlamentario que llegaba hasta las costuras de la Constitución. Un modo de que todos mojen y ahí está Felipe González y también parte de UCD. Están todos", dice Urbano. En cualquier caso, Leopoldo Calvo-Sotelo no hubiera sido la elección de Suárez, que prefería a Landelino Lavilla o a Rodríguez Sahagún, personas que "pudieran guardarle la silla".
Con estas palabras, Urbano contestaba a los documentos publicados este lunes con el objetivo de defender que en septiembre de 1980, Suárez ya tenía decidida tanto su dimisión como que Leopoldo Calvo Sotelo sería su sucesor. La periodista ha reiterado, como explica en su obra, que Suárez decide dimitir "cuando al propio Rey se le escapa" que puede haber una moción de censura. Durante una "fuerte discusión" entre ambos, "Alfonso lo pilla al vuelo" y decide su marcha.
En la entrevista, Urbano también ha destacado la importancia de la conversación que mantuvieron el Rey y Alfonso Armada el día 13, cuando Armada sentenció que Calvo Sotelo "no es la solución". El general intentó utilizar esa conversación como "argumento de defensa" en el juicio, ha relatado la periodista, pero don Juan Carlos, a través de Montesinos, le envió un mensaje: "A lo que dices, el Rey te contesta que ni sí, ni que no".