Once detenidos y nueves imputados. Ese es, de momento, el resultado de la primera fase de la operación policial que se ha desarrollado este viernes contra los antisistema que reventaron las denominadas Marchas por la Dignidad del pasado 22 de marzo y que causaron graves disturbios, en los que hasta 67 agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) resultaron heridos, según confirmaron a Libertad Digital fuentes policiales.
Entre los detenidos se encuentran, por ejemplo, el joven M. M. S., que está en el centro penitenciario de Soto del Real (Madrid) por orden del Juzgado de Instrucción número 30 de Madrid después de que la Policía le acusara de un delito de intento de homicidio, por golpear con un adoquín en la cabeza a un agente, y al que se acusa además de utilizar una lanza casera para intentar apuñalar a al menos dos agentes, que fueron protegidos por su chaleco antitrauma de dotación. Precisamente, este arrestado estaba ya fichado por la Policía por su pertenencia a grupos de extrema derecha, aunque ahora se ha pasado a la extrema izquierda.
También han sido detenidos una mujer, dos hermanos y un ciudadano de nacionalidad ecuatoriana. Con edades comprendidas entre los 18 y los 26 años, sus identidades corresponden a las iniciales A.S.B, J.U.P, D.R.S, K.M.S, R.G.M, I.N.C, G.F.H, E.F.H, C.B.B y J.B.U. Entre ellos se encuentra el antisistema acusado de lanzar una señal de tráfico contra otro antidisturbios.
La operación ha sido desarrollada por los agentes de la Brigada Provincial de Información de Madrid del Cuerpo Nacional de Policía y para el desarrollo de la misma ha sido imprescindible la colaboración ciudadana. No en vano, desde los hechos del 22-M han sido numerosas las llamadas de ciudadanos identificando a los agresores que aparecían en algunas de las fotografías que se han hecho públicas desde entonces.
Las mismas fuentes policiales indicaron que a los ahora arrestados se les acusa principalmente de delitos de desórdenes públicos, atentado contra la autoridad y lesiones, y que entre los mismos hay miembros de diversos grupos anarquistas y antisistema, así como algún miembro de la peña ultra Bukaneros, aficionados radicales del Rayo Vallecano, cuyos miembros ya han sido detenidos en anteriores ocasiones por participar en actos violentos ocurridos tras manifestaciones de indignados.
La operación ha sido denominada Puma 70, en homenaje a los agentes antidisturbios de ese subgrupo de la Unidad de Intervención Policial (UIP) que quedaron acorralados durante el 22-M en el Paseo de Recoletos de Madrid y que fueron salvajemente agredidos por los antisistema.
Las fuentes policiales indicaron a este periódico que la operación policial todavía sigue abierto, por lo que no se descarta que en las próximas días puedan producirse nuevas detenciones o imputaciones.